Libros
Maggie Stiefvater

El tercer durmiente

  • zafiroboliviacompartió una citael año pasado
    Qué cosa, qué milagro inconcebible y espantoso, pensó Adam. Un plan feo, concebido por un chico de mente fea, que alguien soñaba hasta convertirlo en una fea realidad. Del sueño a la vida. Qué apropiado era que Ronan, cuando seguía sus impulsos, soñara con coches bonitos, pájaros bellos y hermanos bondadosos, y que Adam, al tener la ocasión de hacer lo mismo, ideara una cadena de asesinatos perversos.
  • zafiroboliviacompartió una citael año pasado
    Los humanos eran seres circulares: vivían los mismos ciclos lentos de alegría y desolación una y otra vez, sin aprender jamás. Cada una de las enseñanzas que ofrecía el universo debía repetirse miles de millones de veces, y a pesar de ello, no permanecía. «Qué arrogancia la nuestra», pensó Adam, «al traer al mundo criaturas que no pueden caminar, hablar ni alimentarse solas. Qué seguros estamos de que nada las destruirá antes de que puedan cuidar de sí mismas». Qué frágiles eran esos seres; qué fácil era abandonarlos, descuidarlos, maltratarlos, odiarlos. Las presas de los predadores nacían ya asustadas.
    Él no había nacido asustado, pero había aprendido a estarlo.
    Aunque quizá fuera bueno que el mundo olvidara todas las enseñanzas, los recuerdos buenos o malos, los triunfos y los fracasos, todo borrado al morir cada generación. Quizá esa amnesia cultural fuera lo que les permitía vivir; quizá, si se acordaran de todo, se hiciera imposible la esperanza.
  • zafiroboliviacompartió una citael año pasado
    Gansey pensó en lo extraño que era conocer tan bien a aquellas dos personas y, al mismo tiempo, no conocerlas en absoluto. Ambos eran mucho más complejos que cuando los había conocido, y eso los había mejorado. ¿Era eso lo que debía hacerles la vida? ¿Cincelarlos hasta que se convirtieran en versiones más sólidas y auténticas de sí mismos?
    —Te lo dije —murmuró Ronan—. Es un mago.
  • zafiroboliviacompartió una citael año pasado
    y cayó en la cuenta de que, mientras él miraba a Ronan, Ronan lo había estado mirando a él.
  • zafiroboliviacompartió una citael año pasado
    —Mi nombre es el nombre de todas las mujeres —contestó la mujer—: Pena.
  • zafiroboliviacompartió una citael año pasado
    Orla no andaba desencaminada, por supuesto. Pero había algo de lo que no era consciente: Blue y los chicos estaban enamorados los unos de los otros. Blue estaba tan obsesionada con ellos como ellos con Blue o con cualquiera de los demás; todos analizaban las conversaciones y los gestos; estiraban los chistes hasta convertirlos en largas bromas compartidas; se pasaban el tiempo juntos o pensando en cuándo volverían a verse. Sí: Blue era perfectamente consciente de que existían amistades menos abrumadoras, cegadoras, ensordecedoras, enloquecedoras. Pero ahora que había conocido una amistad como aquella, las demás le sabían a poco.
  • zafiroboliviacompartió una citael año pasado
    —Sé bien cuándo estoy despierto y cuándo sueño —replicó Ronan Lynch.
    De la misma forma en que Gansey era suave y orgánico, difuso y homogéneo, Ronan era oscuro, afilado y disonante, un abrupta figura en relieve sobre el fondo del bosque.
    Adam Parrish, acurrucado en el suelo y vestido con un mono raído y grasiento, levantó la cabeza para hablar:
    —¿Ah, sí?
    Por toda respuesta, Ronan emitió un desagradable gruñido a caballo entre el sarcasmo y la alegría. Él, como Cabeswater, era un hacedor de sueños. Si no conocía la diferencia entre la vigilia y el sueño, era porque, para él, carecía de importancia.
    —Tal vez tú seas un producto de mi sueño —le espetó.
    —En ese caso, gracias por la dentadura perfecta —repuso Adam.
  • zafiroboliviacompartió una citael año pasado
    —«El corazón de un cobarde no es un premio digno, pero el hombre de valor merece su casco reluciente».
  • zafiroboliviacompartió una citael año pasado
    Sin embargo, cada vez era más consciente de que reparar algo era mucho menos satisfactorio que crear.
  • zafiroboliviacompartió una citael año pasado
    Ah, las opciones: la esencia del sueño americano.
fb2epub
Arrastra y suelta tus archivos (no más de 5 por vez)