La razón de mi esperanza

Los abortos han segado la vida de millones de bebés, mientras el gobierno gasta dinero que no tiene para salvar a las ballenas

lo viste con cada atributo, ajuar, en su criterio, para un carácter perfecto; y este carácter, él se empeña en alcanzar»

Simon Greenleaf, prominente figura legal en los comienzos de la Escuela de Leyes en Harvard, dijo: «El objeto de la adoración del hombre, cualquiera sea, será naturalmente su estándar de perfección.

Renunciar a algo para seguir a Cristo no es ganarse la salvación; es ceder lo que le impide alcanzar salvación.

Él pensaba que estaba dispuesto a hacer lo que fuera necesario para recibir este regalo, pero cuando descubrió la verdad sobre él mismo, rechazó la verdad a causa de su egocentrismo.

Este joven rico fue derribado de su pedestal de bondad autoproclamado.

El pecado también se define como una transgresión: entrar ilícitamente donde no debemos. Es alimentar el egoísmo en lugar de un sometimiento a la autoridad divina. La Biblia dice que nosotros «estábamos muertos en nuestros delitos y pecados… y éramos por naturaleza hijos de ira» (Efesios 2.1, 3). En lugar de que Dios sea el centro de nuestras vidas, nuestro yo está en el centro.

Pecado es la transgresión de la ley de Dios (1 Juan 3.4). La Biblia dice que quienquiera que viole una ley es culpable de haberlas violado todas (Santiago 2.10). Pecado es la intrusión en un área prohibida, traspasar la frontera divina entre el bien y el mal

Ellos no creyeron que si desobedecían la advertencia de Dios morirían, pero desde el momento que comieron del árbol, el pecado devastó sus almas y se inició el proceso de muerte, porque «el alma que pecare, esa morirá» (Ezequiel 18.20).

Esto fue lo que hizo Dios por nosotros. Tomó lo mejor del cielo —al Señor Jesucristo— para redimir lo peor de la tierra. El Hijo de Dios murió en una cruz, un instrumento de tortura romano hecho para los peores criminales.