Libros
Anne Wiazemsky

Un año ajetreado

  • María Burbanocompartió una citahace 5 años
    La víspera, Jean-Luc y yo dormimos en un hotel del extrarradio parisino. Nos amamos como si no hubiéramos de vernos nunca más. Él estaba desesperado, veía un futuro dramático ante nosotros. «Casémonos cuanto antes», repetía. Sus palabras me aterrorizaron. Estaba dispuesta a amarlo siempre que fuera a nuestro modo, no dentro del matrimonio, no «para siempre».
  • Fernanda Toralcompartió una citael año pasado
    –Me engañaba. Creía haber dado un gran salto hacia delante cuando sólo había dado los primeros pasos de una larga marcha.
  • Fernanda Toralcompartió una citael año pasado
    La idea de exhibir nuestra vida privada ante el primero que llegara me horrorizaba, y estaba furiosa con mi madre y humillada: el anuncio publicado en los ecos de sociedad de Le Figaro nos dejaba en ridículo, peor imposible.
  • Fernanda Toralcompartió una citael año pasado
    Acababa de decirme exactamente lo que yo necesitaba escuchar. Sí, «la vida que amábamos estaba en otra parte».
  • Fernanda Toralcompartió una citael año pasado
    No hubiera sabido expresarlo por entonces, pero en mi amor por Jean-Luc intervenía el amor a su profesión, a sus películas y a sus amigos: me enamoraba tanto él como su universo. ¿No comenzó ese amor cuanto vi Pierrot el loco y Masculino Femenino? Él, intuitivamente, debía de comprenderlo, y sabía lo que ganaba presentándome a sus conocidos.
  • Fernanda Toralcompartió una citael año pasado
    Me sublevaba que pretendiera decidir por mí, que me diera órdenes. Me sentía en aquellos momentos como un animal al que intentan enjaular y, como ya se lo había explicado en Normandía, en casa de Blandine, me volvía capaz de lo peor. Pero al final acabé cediendo y no volví a ver a mi ex amante.
  • Fernanda Toralcompartió una citael año pasado
    La enseñanza tal como se seguía practicando me aburrió más que nunca al igual que me aburrió la monotonía de la vida familiar. Había probado otra cosa, y retornar a mi papel de jovencita, en la rue François-Gérard, no era ya de mi agrado.
  • Fernanda Toralcompartió una citael año pasado
    Pero comenzaba otra semana y seguía esperando una llamada telefónica, un telegrama, un regalo cualquiera. Descubrir que era tan dependiente de alguien me horrorizó: se me habían pasado las ganas de quererle, de casarme, quería recobrar mi libertad.
  • Fernanda Toralcompartió una citael año pasado
    Por más que Jean-Luc me hubiera hecho mujer, lejos de él volvía a ser una adolescente y contemplaba con inquietud mi imagen en el espejo.
  • Fernanda Toralcompartió una citael año pasado
    Tomó la palabra Christiane, que no había dicho nada. Al ser madre de tres hijos, unos gemelos nacidos de un primer matrimonio y un niño de cinco años que había tenido con Francis, representaba cierta legitimidad para Jean Luc.
    –Si quieres que tu madre te respete, respétala tú también –concluyó–. ¿Anne?
fb2epub
Arrastra y suelta tus archivos (no más de 5 por vez)