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Lisa Kleypas

Tentación al anochecer

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  • Ivanna Peñaloza Acevedocompartió una citahace 5 años
    No veo a Marks por ningún lado. Espero que baje a cenar. Necesito una buena discusión.
    —La última vez que la vi —respondió Beatrix— buscaba sus ligas por toda la casa. Dodger se las robó todas del cajón del tocador.
    —Bea —murmuró Win—, ya sabes que es mejor no mencionar la palabra «liga» en compañía masculina.
    —Bien. Pero no sé por qué. Todos saben que las llevamos… ¿por qué tenemos que comportarnos como si fuera un secreto?
  • Elena Herpercompartió una citahace 2 años
    —Me fascinas en todos los aspectos, Poppy —susurró Harry, jugueteando suavemente con su pelo—. Existen misterios en tu interior que tardaré toda una vida en descubrir… Pero quiero conocer todos y cada uno de ellos.

    Nadie le había dicho nunca que fuera una mujer misteriosa. Aunque Poppy no se consideraba así, le gustaba que él lo hiciera.

    —Pero no soy tan misteriosa, ¿verdad?

    —Claro que sí. —Sonriendo, Harry le levantó la mano y le dio un beso sobre la sensible palma—. Eres una mujer.
  • Elena Herpercompartió una citahace 2 años
    —Voy a hacerte el amor durante toda la noche —murmuró Harry, al cabo de un rato, contra la curva pálida y fragante de su cuello—. La primera vez, vas a sentirte segura. La segunda vez, seré un poco malo, pero te gustará todavía más. Y la tercera vez… —Hizo una pausa y sonrió al oírla contener el aliento—. La tercera vez, voy a hacerte cosas que te harán enrojecer de vergüenza cuando las recuerdes por la mañana. —La besó con suavidad—. Aunque te aseguro que te encantarán.
  • Elena Herpercompartió una citahace 2 años
    Que forma parte de tu naturaleza establecer vínculos estrechos con las personas que te rodean. —Movió la palma de la mano por la curva del hombro desnudo, en una caricia circular—. Que eres tierna y sensible, y leal a tus seres queridos y, sobre todo, que necesitas sentirte segura. —
  • Elena Herpercompartió una citahace 2 años
    —Bueno, ¿qué dice? —le apremió la señora Pennywhistle, mientras todos los que estaban en la oficina principal agudizaban el oído.

    —Que no regresarán hasta final de mes —dijo Jake, anonadado.

    Una extraña sonrisa curvó los labios del ama de llaves.

    —Que Dios bendiga su alma. Lo ha conseguido.

    —¿Qué ha conseguido?

    Antes de que el ama de llaves pudiera responder, el conserje de más edad se acercó a ella y le preguntó en un tono discreto:

    —Señora Pennywhistle, no he podido evitar escuchar la conversación. ¿Debo entender que el señor Rutledge se ha ido de vacaciones?

    —No, señor Lufton —le dijo con una sonrisa de oreja a oreja—. Se ha ido de luna de miel.
  • Elena Herpercompartió una citahace 2 años
    —¿Podríamos quedarnos en Hampshire unos días?

    La mirada de él se volvió cautelosa.

    —¿Para qué?

    Ella sonrió.

    —Es lo que se conoce como vacaciones. ¿Alguna vez te has tomado vacaciones?

    Harry negó con la cabeza.

    —No sabría qué hacer durante ese tiempo.

    —Podrías leer, pasear, montar a caballo, pescar o cazar, tal vez visitar a los vecinos… Visitar las ruinas de la localidad, ir de compras al pueblo… —Poppy hizo una pausa al ver la falta de entusiasmo en la cara de su marido—. ¿Hacer el amor con tu mujer?

    —Hecho —dijo él con rapidez.

    —¿Podríamos quedarnos dos semanas?

    —Diez días.

    —¿Once? —preguntó ella, esperanzada.
  • Elena Herpercompartió una citahace 2 años
    —. ¿Por qué dices que era una desesperante tarea? Eres toda una dama.

    —Que fracasó tres temporadas seguidas —señaló ella.

    Harry emitió un sonido burlón.

    —Pero eso no tiene nada que ver con ser o no una dama.

    —Entonces, ¿con qué tiene que ver?

    —El mayor obstáculo que has tenido es tu inteligencia. No te has molestado en ocultarla. Para empezar, una de las cosas que Cat no te enseñó es cómo halagar la vanidad de los hombres, porque ella no tiene puñetera idea de cómo hacerlo. Y ninguno de esos idiotas con los que te has relacionado podría soportar la idea de tener una esposa que fuera más lista que él. En segundo lugar, eres hermosa, lo que significa que cualquier pretendiente estaría preocupándose constantemente de que fueras el objeto de las atenciones de otros hombres. Y además, no olvidemos que tu familia es… tu familia. Es decir que, básicamente, no eres una chica que pudieran manejar a su antojo, y todos saben que es muy fácil encontrar jóvenes tontas y dóciles con las que casarse. Todos salvo Bayning, que se sentía tan atraído por ti que le daba igual todo lo demás. Bien sabe Dios que no puedo reprochárselo.

    Poppy le lanzó una mirada irónica.

    —Si mi belleza y mi inteligencia resultan tan intimidantes, ¿por qué tú sí quisiste casarte conmigo?

    —Porque yo no me siento intimidado por tu inteligencia, por tu belleza o por tu familia. Y la mayoría de los hombres me temen tanto que se lo pensarán dos veces antes de mirar a mi esposa.

    —¿Tienes muchos enemigos? —le preguntó ella en voz baja.

    —Sí, gracias a Dios. No son tan inconvenientes como los amigos.
  • Elena Herpercompartió una citahace 2 años
    Aquel asunto de tener que hablar libremente con alguien, sin ocultar sus sentimientos ni reservarse nada… era como estar constantemente desnudo, salvo que Harry habría preferido estar realmente desnudo en lugar de revelar sus sentimientos y pensamientos más íntimos
  • Elena Herpercompartió una citahace 2 años
    —¿Se puede hacer fuera?

    A pesar de su feroz excitación, Harry no pudo evitar sonreír contra su cuello.

    —Cariño, apenas existen lugares en los que no se pueda hacer. Se puede hacer contra los árboles o las paredes, en sillas y bañeras, en las escaleras, las mesas… los balcones, los carruajes… —Harry emitió un profundo gemido—. Maldita sea, tengo que dejar de pensar en ello o ni siquiera podré caminar.

    —Pues ninguno de esos sitios parece muy cómodo —dijo Poppy.

    —Te gustaría hacerlo en una silla. Te lo aseguro.
  • Elena Herpercompartió una citahace 2 años
    —¿Cómo puedes darme tu confianza —preguntó con una voz que le sonó extraña incluso a él—, cuando no tienes manera de saber si soy digno de ella?

    Ella esbozó una sonrisa.

    —Por eso se le llama confianza, ¿no?
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