Eventualmente el mundo envía un maldito chico de la patrulla para frenar tus progresos y mostrarte quién es el que manda. Tú, quien lee estas líneas, seguramente habrás encontrado el tuyo (o lo harás); yo ya encontré el mío, y estoy seguro de que regresará. Tiene la dirección de mi casa. Es un mal tipo, un teniente de los malos, el enemigo declarado de la estupidez, el orgullo, la ambición, la música fuerte, y todas las cosas que conciernen a los diecinueve.