“¿Debo seguir el sendero de la adoración de un ídolo, o debo seguir el sendero de lo sin forma, donde no hay adoración externa como tal?”.
Si nos sentamos a meditar sin una forma en la cual enfocar la mente, sin ningún objeto ni punto de referencia, la mente tiende a correr en diferentes direcciones. Pero si tiene un foco, una forma a la cual adorar, puede volverse unidireccional.
A medida que nos elevemos por encima de la mente y de las formas de pensamiento que esta crea constantemente, podremos comenzar a soltar esa forma.