más allá del sistema político instituido en un Estado cualquiera, lo importante, lo que marcará la diferencia, es el hecho de que sus ciudadanos sean virtuosos. Si realmente lo son, si se dedican a hacer el bien, ese lugar, con seguridad, será un buen sitio donde vivir, pues será una tierra en la que los ciudadanos no se circunscribirán a sus propios y mezquinos intereses, sino que estarán dispuestos a luchar y exponerse por sus semejantes.