Luego, cuando me duermo llorando, nacen frases en la noche. Dan vueltas a mi alrededor, cuchichean, adquieren un ritmo, riman, cantan, se convierten en poemas:
«Ayer, todo era más bello,
la música en los árboles
el viento en mis cabellos
y en tus manos tendidas
el Sol.»