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Jung Chang

Cisnes Salvajes

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Una abuela, una madre, una hija. A lo largo de esta saga, tan verídica como espeluznante, tres mujeres luchan por sobrevivir en una China sometida a guerras, invasiones y revoluciones. La abuela de la autora nació en 1909, época en la que China era aún una sociedad feudal. Sus pies permanecieron vendados desde niña, y a los quince años de edad se convirtió en concubina de uno de los numerosos señores de la guerra.
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949 páginas impresas
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Opiniones

  • Alejandra Arévalocompartió su opiniónhace 2 años
    👍Me gustó
    💡He aprendido mucho

    Nomaaaaa qué buen libro

  • Ana Saenzcompartió su opiniónhace 2 años
    👍Me gustó
    🔮Profundo
    💡He aprendido mucho

    Es una obra buena, aunque en ocasiones se me hizo larga y cansada, habla de los muchos sufrimientos que padeció la familia de la autora fundamentalmente cuando se instituyó la Revolución cultural. Se aprende de la historia, geografía y cultura china del siglo XX. La autora migró a Gran Bretaña en 1978.

  • Lucíacompartió su opiniónhace 3 meses
    👍Me gustó
    💀Espeluznante
    🔮Profundo
    💡He aprendido mucho

Citas

  • Alejandra Arévalocompartió una citahace 2 años
    Pasé una infancia dura en una sociedad llena de injusticia. Me uní a los comunistas para fundar una sociedad más justa, y lo he intentado lo mejor que he sabido durante todos estos años. Sin embargo, ¿de qué le ha servido al pueblo? Y en cuanto a mí, ¿por qué he tenido que convertirme al final en la ruina de mi familia? Aquéllos que creen en la recompensa y el castigo afirman que un mal final significa que se tiene un peso en la conciencia, y yo he estado pensando mucho acerca de las cosas que he hecho en mi vida.
  • Alejandra Arévalocompartió una citahace 2 años
    Crecimos con rapidez. Entre nosotros no había rivalidades, rencillas o resentimientos. Carecíamos de los problemas —así como de los placeres— propios de nuestra edad. La Revolución Cultural destruyó la adolescencia normal de los jóvenes, con todos sus obstáculos, e hizo de nosotros personas adultas y prudentes antes de superar nuestra primera juventud.
  • Alejandra Arévalocompartió una citahace 2 años
    Mao reforzó su imagen divina rodeándose de misterio. Siempre aparecía como una figura remota y situada fuera del alcance de los humanos. Evitaba la radio, y entonces no existía televisión. A excepción de los miembros de su corte, pocas personas tenían contacto alguno con él. Incluso sus colegas de las altas esferas tan sólo le veían durante audiencias formales.

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