Esta noche dime que me quieres

A una mujer siempre le gusta sentirse enamorada. A veces incluso aunque no sea correspondida. Hasta diría que mejor si no lo es

Tancredi observó a Gabriella con tanta intensidad que al final la joven, casi avergonzándose, bajó los ojos.

—Pero ¿qué vida, doctor? ¿Una vida infeliz? ¿Una vida de paralítico, una vida de inválido? Él, que siempre se ha enorgullecido de su forma física, de su fuerza; él, el chico sin fronteras, el que no conoce el miedo, el de los mil deportes, el de las mil aventuras; él, que parece que nunca tiene sueño, que nunca está cansado; él y sus ganas de amar, él y sus ganas de vivir… ¿Qué me está preguntando, doctor? ¿Que qué elijo? ¿Y si un día volviera a caminar? Los médicos se han equivocado tantas veces

Vete a saber las virtudes que puede tener esa mujer, cómo hace el amor, cómo cocina; está todo por descubrir…

Quizá te estuvieras cansando de la felicidad. Cuando vuelvas a encontrarla, sabrás apreciarla.

«Te miraría millones de veces sin aprenderte nunca de memoria

la duración de un matrimonio depende de lo rápido que seas en decidir lo que se puede decir y lo que no

Tus vinos son deliciosos y tú eres más que un sueño…»

Quizá te estuvieras cansando de la felicidad. Cuando vuelvas a encontrarla, sabrás apreciarla.

La música es una mujer.