Tezozómoc

si el precio de verla y sentirla cerca de mí era sufrir por su ausencia estaba dispuesto a pagarlo.

Todos de jóvenes querían llegar a la vejez para recibir ese respeto. Era eso más valioso que la riqueza.

Comprendí lo que alguna vez dijo el abuelo: el esplendor o la ruina de un pueblo se construye al obedecer a su líder.

La lealtad es una semilla que sólo florece en casa.

vez ellos no habrían permitido a los barbados hacerse de nuestras tierras, pues como bien sabes, los que ganaron la guerra no fueron los pocos hombres blancos que llegaron, sino los aliados, entre ellos los tlashcaltecas, hueshotzincas, cholultecas, totonacas y acolhuas.

Estudie a sus deudos más que a sus enemigos. De los segundos ya sabe lo que debe esperar, de los primeros todo es incierto.

—La amistad tiene muchas formas. Se manifiesta con juegos, con bromas, con palabras, con el tiempo, con lealtad, y a veces con silencio. Quizá ya no puedan comportarse como amigos, pero pueden ser leales y comunicarse en silencio... Se expresan muchas cosas en el silencio.

También se sacrificó un techichi,* que era la mascota del tecutli y que por lo mismo debía acompañarlo.

Tezozómoc decía que no creía en la bondad pues, según sus palabras, detrás de tanta generosidad siempre hay un vanidoso en busca de gloria personal.

Estos barbados hacen leyes y ellos mismos las incumplen. Castigan de robo a quienes pueden, mas no a los poderosos. Exigen justicia y son injustos con los esclavos. Hablan de un dios y del amor y de la grandeza que hay en la pobreza para que nos conformemos con la penuria en que nos tienen, pero ellos viven con riquezas.