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Ruben Dario

Azul

  • Alejandracompartió una citahace 7 años
    ¿con qué derecho negamos los modernos, hechos que afirman los antiguos? El
  • Alejandracompartió una citahace 7 años
    De los hombres, unos han nacido para forjar metales, otros para arrancar del suelo fértil las espigas del trigal, otros para combatir en las sangrientas guerras y otros para enseñar, glorificar y cantar
  • gomezsaray577compartió una citahace 2 meses
    escribió artículos para el periódico político La Verdad y poco después se fue a El Salvador y dio clases de gramática.

    Regresó a Nicaragua en 1883 y hacia 1890 se casó en El Salvador con Rafaela Contreras, con la que tuvo un hijo, Rubén Darío Contreras. Ésta murió en 1893 y ese mismo año se casó con Rosario Murillo.
  • gomezsaray577compartió una citahace 2 meses
    América. Un año más tarde, en 1893, empezó su carrera como diplomático en América y Europa y conoció en Madrid a Francisca Sánchez, quien fue por mucho tiempo su inspiración.

    Durante años recorrió Europa enviado por el periódico La Nación. Volvió a Nicaragua en 1907 y fue recibido con honores y nombrado ministro residente en España. Vivió otra vez en Europa hasta 1915, año en que regresó a América invitado por el presidente de Guatemala.

    Murió el 6 febrero de 1916 en Nicaragua
  • gomezsaray577compartió una citahace 2 meses
    Era hijo de Manuel García y Rosa Sarmiento, nació el 18 de enero de 1867. En 1881
  • b1230826576compartió una citael año pasado
    Porque contemplo el ideal inmenso y las fuerzas exhaustas. P
  • Amanda Páez Berliencompartió una citahace 2 años
    *
    ¡Madres de las muchachas anémicas! Os felicito por la victoria de los arseniatos e hipofosfitos del señor doctor.
  • Amanda Páez Berliencompartió una citahace 2 años
    Pronto volverás a tu morada. Un minuto en el palacio del Sol, deja en los cuerpos y en las almas, años de fuego, niña mía.
  • Amanda Páez Berliencompartió una citahace 2 años
    Cantemos el oro, hecho Sol, enamorado de la noche, cuya camisa de crespón riega de estrellas brillantes, después del último beso, como una gran muchedumbre de libras esterlinas.
  • Amanda Páez Berliencompartió una citahace 2 años
    Cantemos el oro, amarillo como la muerte.
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