Los nuevos alquimistas: Una sociología de la restauración desde México

. Es este último quien, bajo una determinada posición de privilegio dentro del campo y con un caudal de capital simbólico, puede generar tal puesta en valor.

ia en donde se produce y reproduce el valor del objeto como fetiche, al fomentar la creencia en el poder del agente creador

y la sacralización de los objetos

En la etapa actual de sistematización cognoscitiva de la restauración y la delimitación científica de su objeto de estudio, la sociología constituye una plataforma epistemológica desde la que se podrán abolir o replantear las fronteras de la interdisciplinariedad al dar las bases para la realización de un sistema que ayude a cohesionar y fundamentar este proceso de definición y estructuración de la disciplina, y no tanto la trasposición de conocimientos y métodos de una disciplina a otra.

Tener presente esto, permite pensar la restauración a través de sus implicaciones políticas, sociales y económicas; de sus dimensiones sociales individuales; así como también de aquellas que tienen que ver con la configuración de la formación de restauradores,

or sus reglas de actuación, por los principios que mueven esas reglas y por la identificación a sus prácticas, un análisis aislado del campo de la restauración en México, en relación con los campos de producción cultural y del patrimonio en general, no puede darnos una noticia completa de su desarrollo.

Por eso, explicitar el campo de la restauración en México es hacer aparentes sus procesos de configuración social e identitaria, así como sus conflictos de reconocimiento profesional frente a otras disciplinas y otros contextos sociales, es decir, frente a otros campos.

trasmitir el patrimonio cultural material. En este espacio social y a través de él es, entonces, posible entender el rol del patrimonio cultural con relación al tipo de capital que ese campo produce, controla, trasmuta e intercambia.

esde este enfoque, la restauración aparece como un conjunto de relaciones estructuradas en un espacio social determinado cuya única y supuesta finalidad es la de hacer permanecer y

la visión reducida de ciencia y de técnica que aún hoy pugna por asegurar una objetividad a los conocimientos producidos por el acto restaurativo. Paul Philippot fue de los primeros en señalar que la restauración es, ante todo, un problema cultural