Libros
Daniel Innerarity

La política en tiempos de indignación

Los años de la crisis han llenado las calles de manifestantes indignados (como el 15-M en España) y han sido un revulsivo que ha dado lugar a nuevos movimientos sociales e incluso nuevo partidos. Esta poderosa ola de indignación ha hecho que se tambalearan muchas instituciones, ha desatado las grandes pasiones políticas pero también ha generado un especial desconcierto. Puede que los tiempos de indignación sean también tiempos de confusión. Este libro es un intento de calibrar lo que hay de valioso en todo ello y cuáles son sus limitaciones. Sólo quien ha entendido bien su lógica y lo que la política está en condiciones de proporcionarnos puede evitar las falsas expectativas y, al mismo tiempo, formular sus críticas con toda radicalidad. Este libro intenta contribuir a que entendamos mejor la política porque únicamente así podemos juzgarla con toda la severidad que se merece. En una época de indignación, que cuestiona y critica muchas cosas que dábamos por pacíficamente compartidas, Daniel Innerarity repasa nuestra idea de la política preguntándose si hemos acertado a la hora de definir su naturaleza, a quién corresponde hacerla, cuáles son sus posibilidades y sus límites, si siguen siendo válidos algunos de nuestros lugares comunes, y qué podemos esperar de ella. Intenta que esa indignación no se quede en un desahogo improductivo, sino que se convierta en un motor que fortalezca la política y mejore nuestras democracias.
400 páginas impresas
Publicación original
2015
Año de publicación
2015
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Citas

  • Adal Cortezcompartió una citael año pasado
    Nunca vamos tan rápidos como cuando no sabemos adónde vamos. Por eso una de las tareas de toda crítica política es desenmascarar esa falsa movilidad, aquellas formas de pseudoactividad cuya aceleración y firmeza se deben precisamente a que no se tiene ni idea de lo que pasa.
  • Adal Cortezcompartió una citael año pasado
    Aprender tiene un significado normativo y crítico que diferencia al soberano antiguo del moderno y democrático. La obligación de aprender quiebra la idea de un soberano que lo sabe todo o que tiene un acceso privilegiado al saber. Soberano es el que sabe que no lo sabe todo y por eso está dispuesto a aprender.
  • Adal Cortezcompartió una citael año pasado
    Cuando falta un proyecto, buenos diagnósticos e ideas nuevas, las per­sonas tienden a ocupar el primer plano, afirmando su propio perfil in­cluso frente al de su partido, en ocasiones borroso o inexistente. Don­de no hay un proyecto que aglutine, la propia carrera se convierte en lo más importante. La celebridad se constituye en el imperativo fun­da­mental. El arte de hacerse notar resulta más importante que la dis­cre­ta coherencia política.

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