Develando el nuevo mundo. Imágenes de un proceso

Desde la Historia del Arte, las imágenes presentadas son herederas de una tradición que utiliza ciertos iconos consensuales para representar lo salvaje, lo exótico, incluso lo monstruoso

América fue descubierta en forma gradual y progresiva

La realidad se anteponía frente a sus ojos, sugiriéndole todo un mundo nuevo por descubrir, pero la fuerza de la tradición y la necesidad de justificarse a sí mismo y a los ojos de los demás, fueron más fuertes y Colón no supo dilucidar la verdadera identidad de las tierras a las cuales había arribado

delatan un fuerte etnocentrismo que habría de servir fines políticos y religiosos muy concretos”.
Ojalá que este prólogo haya podido “develar” alguno de los muchos

razón escribió Edmundo O’Gorman que nuestra América no fue descubierta, sino “inventada” por los europeos a su imagen y semejanza.

avistaron un mundo que jamás se había soñado, para el cual tenían pocos referentes familiares y carecían de un vocabulario adecuado

El libro trata dos temas fundamentales y obviamente relacionados: el develamiento paulatino y gradual del conocimiento de América, y la igualmente lenta reacción en la percepción y mentalidad de los europeos confrontados con inquietantes e incómodos hechos, en una especie de descubrimiento de sí mismos. Para elaborar su argumento, la autora

imágenes “son portadoras de significados” y tienen “la capacidad de producir efectos y modificar las conducta

el último tercio del siglo dieciocho, cuando fue evidente el efecto de la plata de América y las oportunidades para los inversionistas europeos, se hicieron visibles las amplias ramificaciones del llamado “Intercambio Colombino”. Fue entonces cuando el abate Raynal pudo, junto con Adam Smith en La Riqueza de las Naciones, hacer eco a López de Gómara en cuanto a que “el descubrimiento de América [y del paso a las Indias Orientales] son los dos acontecimientos más grandes e importantes registrados en la historia de la humanidad”. Hoy el temor y el drama de la temprana Am

Hoy el temor y el drama de la temprana América sigue fascinándonos, captados en una reacción poética del novelista Scott Fitzgerald: “Por un encantador y transitorio instante, el hombre tuvo que haber contenido su aliento en presencia de este continente, obligado a una contemplación estética que no entendía ni deseaba, cara a cara por última vez en la Historia con algo del mismo tamaño que su capacidad de asombro...”