Después de haber adoptado un enfoque técnico y biomédico de las enfermedades mentales durante la década de los años ochenta, la psiquiatría decidió, especialmente en Estados Unidos, pero también en cierta medida en Gran Bretaña, que el hablar con los pacientes no era demasiado importante. Lo cual ha dado como resultado un estilo de atención que muchos pacientes consideran coercitiva y deshumanizante. Irónicamente, aunque quizás no sorprenda a muchas personas ajenas a la psiquiatría, las pruebas resultantes de los estudios demuestran que una relación cálida y colaborativa, no solo no es prescindible, sino que es la clave del éxito de la atención psiquiátrica.