Este libro es una delicada reflexión acerca de la serenidad como experiencia estética que, en tanto disposición corporal específica que implica una purificación de los sentidos, funda y fundamenta un modo de percepción que estaría presente tanto en el daoísmo como en la concepción del pensar del segundo Heidegger.
Desde el análisis etimológico de este término, Claudia Lira indaga en las imágenes y conceptos de la tradición china y el pensamiento heideggeriano, con el propósito de exponer la compleja interacción entre actividad y pasividad en la serenidad, al concebirla como estado y/o proceso, desde el cual se constituiría una gnoseología receptiva del pensar. Así, sobrepasando el campo de aplicación del principio de la razón, cuya actividad la filosofía occidental ha definido a partir de su carácter agente, es decir, de su facultad de determinabilidad, esta experiencia como forma distinta de conocimiento estaría en la base del pensar, de la inspiración y de la creación artística.