Marzia Sabella

El escupitajo

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  • Sol Ríoscompartió una citael año pasado
    Sin embargo, yo miedo no tengo, porque ese es mi hijo. No tendré miedo nunca jamás en mi vida.
  • Sol Ríoscompartió una citael año pasado
    Habría querido escupirle a la gallina naranja y maldita, pero al tic ya no le siguió el tac.
  • Sol Ríoscompartió una citael año pasado
    si estos críos son tan cerdos y zoquetes quiere decir que quien les da una educación es más cerdo y zoquete que ellos.
  • Sol Ríoscompartió una citael año pasado
    el llanto de las mujeres no puede tener peso jurídico.
  • Sol Ríoscompartió una citael año pasado
    El presidente, atónito, una escena como esa no la había visto nunca antes, se retiró a la sala del consejo para contar los días que le faltaban para la jubilación, buscándolos uno por uno en el calendario del taller, mientras el secretario seguía inmóvil en la sala del tribunal, con la pluma entre los dedos
  • Sol Ríoscompartió una citael año pasado
    Nunca se había visto y nunca se había pensado que una mujer pudiera montar semejante putiferio en un tribunal. Y ella no era una de esas mujeres modernas o leídas, es decir, que habían estudiado, que tal vez se habían empleado en el ayuntamiento, que quizá habían empezado a fumar, o que habían salido a protestar con las banderas rojas para que sus propios compañeros les tocaran el culo. Era como las mujeres que tenían en casa, deformadas por los embarazos, embrutecidas por amor, agradecidas por los cuernos que las libraban de otras fatigas, sordas a todo rumor que no fuese un llanto o un vaso roto. Si nuestras mujeres hicieran como esta, nos destruirían a todos, murmuraban inquietos en el bar.
  • Sol Ríoscompartió una citael año pasado
    Este es mi hijo, Lupo Leale Salvatore, de veintiún años y cinco meses menos tres días, así que no me jodáis vosotros, honorables esbirros, gritó, alcanzando al interpelado con un escupitajo.
  • Sol Ríoscompartió una citael año pasado
    Era la llegada más esperada: una mujer, frente al hijo asesinado, es el corazón de la tragedia, los fuegos artificiales de fin de fiesta de la santísima patrona.
  • Sol Ríoscompartió una citael año pasado
    Las desgracias no llegan por sorpresa. La vida no cambia de un momento a otro como si el instante anterior no hubiera existido. Eso sería una insana alternancia que arrastraría a las criaturas vivientes a la camisa de fuerza. En el sabio diseño del universo, en cambio, siempre hay una señal —un preaviso, un elemento predictivo, un batir de alas— que convierte lo imprevisto en previsible o, cuando menos, imaginable.
  • Sol Ríoscompartió una citael año pasado
    Las bibliotecas están llenas de libros sobre la mejor forma de anunciar las malas noticias: contexto adecuado, voz suave, argumentos introductorios, palabras medidas, empatía con las emociones de los demás. A Minicu estas cosas nadie se las había enseñado, sobre todo porque no le servían para empajar cestas, que había sido su trabajo.
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