SÓCRATES: ¿Y no llamas cosas buenas, por ejemplo, a la salud y a la riqueza?
MENÓN: Y también digo el poseer oro y plata, así como honores y cargos públicos.
SÓCRATES: ¿No llamas buenas a otras cosas, sino sólo a ésas?
MENÓN: No, sino sólo a todas aquellas de este tipo.
SÓCRATES: ¿No agregas a esa adquisición, Menón, las palabras “justa y santamente”, o no hay para ti diferencia alguna, pues si alguien se procura esas cosas injustamente, tú llamas a eso también virtud?
MENÓN: De ninguna manera, Sócrates.
SÓCRATES: ¿Vicio, entonces?
MENÓN: Claro que sí.
SÓCRATES: Es necesario, pues, según parece, que a esa adquisición [de oro y plata] se añada justicia, sensatez, santidad o alguna otra parte de virtud. (...) El no buscar oro y plata, cuando no sea justo, ni para sí ni para los demás, ¿no es acaso ésta una virtud, la no adquisición?
MENÓN: Parece.
SÓCRATES: Por tanto, la adquisición de cosas buenas no sería más virtud que su no adquisición