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Claudio Magris

Otro mar

  • Talia Garzacompartió una citahace 3 años
    Pero para ambos, e incluso para la hermana, es difícil besar ese rostro más agrio que materno; hay un misterio doloroso en esa dura arruga en la boca, como en cualquier corazón que siente dificultad para amar. Es una amarga pena sin compasión, pero allí en el puente, contemplando la estela que se pierde inmediatamente engullida por la noche, Enrico decide no volver a pensar en ese rostro, en la recíproca deuda sin cancelar y en los malentendidos
  • Talia Garzacompartió una citahace 3 años
    uerte ahora lejana del padre, su familia, gracias a unos cuantos molinos en Gorizia, había mantenido un modesto bienestar, y además el dinero era el único viático que su madre era capaz de darle.
  • Talia Garzacompartió una citahace 3 años
    despistar a quién sabe quién, sino porque de aquel mar oscuro, que suena uniforme allí debajo, sube y lo envuelve una irresistible despreocupación por todo lo que cae de los bolsillos. Se siente orgulloso de ello, es una virtud anónima que no le pertenece pero que en cierto modo trae consigo el honor, como en la sentencia preferida por Nussbaumer para los ejercicios de traducción.
  • Talia Garzacompartió una citahace 3 años
    No está claro si con aquella fuga está iniciando o concluyendo su vida; su currículum dice Enrico Mreule, nacido en Rubbia el primero de junio de 1886 del difunto Gregorio y de Guilia Venier, residente en Gorizia, calle Petrarca, tres, primero, desde 1898, bachillerato terminado en el instituto estatal y así sucesivamente, datos incontestables que quizá será difícil seguir enumerando, no porque él tenga la ambición de borrar sus propias
  • Talia Garzacompartió una citahace 3 años
    Grandes olas en la oscuridad, una espuma blanca, el ala de un pájaro que se precipita en las tinieblas. Lleva horas y horas en el puente, inmóvil, jamás cansado de esas cosas que no cambian. La proa corta el agua y no la alcanza porque parece caer en el vacío de la hendidura que se abre debajo de ella, el sordo rumor de la ola se rompe contra los costados de la nave.
  • Talia Garzacompartió una citahace 3 años
    el tintero sobre el pupitre era el ojo hondo y oscuro de un cíclope, pero la tinta estriaba el cristal con reflejos azules que evocaban la lejanía del mar o incluso solo de los montes del Collio, tan fáciles de alcanzar apenas salidos de la escuela, y el deseo de llegar a ese azul vaciaba las horas de clase en la impaciencia de que transcurrieran lo más rápidamente posible, era el dolor y la nulidad de las cosas, que siempre quieren haber ya sido.
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