La Autobiografía de Gertrudis Gómez de Avellaneda, es en realidad la primera de las numerosas cartas dirigidas a Ignacio de Cepeda y Alcalde. Dichas cartas empiezan el 23 de julio de 1839 y la última que se conserva es del 26 de marzo de 1854.
23 de julio, a la una de la noche. En Sevilla, año de 1839.
Amigo mío:
La confesión, que la supersticiosa y tímida conciencia arranca a un alma arrepentida a los pies de un ministro del cielo, no fue nunca más sincera, más franca, que la que yo estoy dispuesta a hacer a usted. Después de leer este cuadernillo me conocerá usted tan bien o acaso mejor que a sí mismo. Pero exijo dos cosas. Primera: que el fuego devore este papel inmediatamente que sea leído. Segunda: que nadie más que usted en el mundo tenga noticias de que ha existido.
Usted sabe que he nacido en una ciudad del centro de la Isla de Cuba, a la cual fue empleado mi padre en el año de nueve, y en la cual casó, algún tiempo después, con mi madre, hija del país.
No siendo indispensables extensos datos sobre mi nacimiento para la parte de mi historia, que pueda interesar a usted, no le enfadaré con inútiles pormenores, pero no suprimiré tampoco algunos que puedan contribuir a dar a usted más exacta idea de los hechos posteriores.