Mirar

Los libros imprescindibles suelen llegar por caminos sinuosos, por rutas de costa o de montaña que en vez de horadar y reventar la geología se van deteniendo en las anfractuosidades y variedades del corazón del mundo, como si estuviéramos explicándole pasajes de nuestra infancia a nuestro mejor amigo.

El mundo real ha sido sustituido por su reproducción, con medios tan fascinantes como la fotografía, el cine, la televisión o Internet, convertidos en coto de caza y parque temático del comercio y, por tanto, del poder.

Berger: “El acto de mirar era para él una forma de oración; se fue convirtiendo en un modo de aproximarse a un absoluto que nunca conseguía alcanz

Los ojos de un animal cuando observan al hombre tienen una expresión atenta y cautelosa.

Ah, el cuadro que John y Katya Berger fueron a ver al Museo de Arte Antiga de Lisboa era… Copio un fragmento de las páginas de Tranvías adentro, mi diario en lengua gallega, fechado el 25 de octubre del año 2000: “¡Qué mejor motivo para visitar una ciudad que ver un cuadro o comer un pescado!.

No exageremos, que la vida ya es, por sí misma, bastante exagerada”. […] Quiero llegar al museo en uno de los tranvías que a Berger y Berger les recuerda a los barcos”.

fascículos y colecciones de libros de auto-ayuda sin el más mínimo interés salvo para profesionales de la desesperación.

l asunto es volver a mirar como si fuera la primera vez, pero sin desdeñar lo aprendido a lo largo del camino de la experiencia y de la vida

Un hombre y una mujer bajo un ciruelo

en los niños observamos las huellas y la simiente de lo que un día serán hábitos psicológicos establecidos,