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José Kentenich

El Hombre Heroico

  • Cdaniel Scolaricompartió una citael año pasado
    Es el conocimiento, fundado en la fe, de la realidad de la comunión de los santos, así como de la solidaridad en la salvación y el infortunio.
  • Cdaniel Scolaricompartió una citael año pasado
    la sirvo mejor

    y si Dios así la corona con su amor y su fecundidad.
  • Cdaniel Scolaricompartió una citael año pasado
    Gustoso doy por ella la honra,

    el cuerpo y la vida,

    la salud, la fuerza y los talentos,

    si con esto, de acuerdo a lo que ella es,
  • Cdaniel Scolaricompartió una citael año pasado
    Ni un padre ni una madre,

    en toda la intensidad

    de su noble instinto de padres,

    pueden querer al hijo predilecto de su corazón

    como yo quiero a la Familia

    que Dios ha convocado.
  • Cdaniel Scolaricompartió una citael año pasado
    “Lo que Tú dispongas es mi querer y mi bien”.
  • Cdaniel Scolaricompartió una citael año pasado
    La oración “Recibe, Señor” que se transcribe a continuación en cursiva fue compuesta en 1943. En ella, para ponerse cabalmente en manos de Dios y darse a Él por entero, el Padre Kentenich se vale de la conocida oración de san Ignacio de Loyola, “Suscipe Domine” (Tomad, Señor, y recibid)[36].

    Por manos de mi Madre

    recibe, Señor,

    la donación total de mi libertad soberana:

    toma mi memoria, los sentidos, la inteligencia;

    recíbelo todo como signo de amor.

    Para el Padre Kentenich la entrega es siempre algo que ha aprendido profundamente de María y lo ha realizado con Ella. Por eso, él quiere que la entrega a Cristo, en su oración, sea realizada por las “manos de mi Madre”.
  • Cdaniel Scolaricompartió una citael año pasado
    “¡Por la Familia me dejo crucificar!”
  • Cdaniel Scolaricompartió una citael año pasado
    3) Para los hombres, Cristo es, en todas las etapas de su vida terrenal y gloriosa, el Redentor y el Santificador [23]”.
  • Cdaniel Scolaricompartió una citael año pasado
    No descansaremos hasta que no estemos incorporados, hasta que no estemos en plena armonía con estas tres actitudes fundamentales del Señor:

    1) En su relación con el Padre, Jesús es, por excelencia, el Hijo de Dios unigénito y encarnado.

    2) Él considera y trata a su Madre Santísima como su permanente Compañera y Colaboradora ministerial en toda la obra redentora.
  • Cdaniel Scolaricompartió una citael año pasado
    Previendo una época en que todas las seguridades humanas iban a derrumbarse, buscó educar para una confianza basada únicamente en Dios.
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