Tan ricos son los mitos que rodean a Paul Muad’Dib, el emperador Mentat, y a su hermana Alia, que es difícil ver a las personas reales que hay tras esos velos. Pero fueron, después de todo, un hombre nacido Paul Atreides y una mujer nacida Alia. Su carne estuvo sujeta al espacio y al tiempo. Y pese a que sus poderes de oráculo los situaba más allá de los límites usuales del tiempo y del espacio, seguían siendo de extracción humana. Experimentaron acontecimientos reales que dejaron huellas reales en un universo real. Para comprenderlos, hay que comprender que su catástrofe fue la catástrofe de toda la humanidad. Esta obra, pues, está dedicada no a Muad’Dib o a su hermana, sino a sus herederos… a todos nosotros.
Dedicatoria de la Concordancia de Muad’Dib tal como fue copiada de la Tabla Memorium del Culto al Espíritu Madhi