El secreto de la oración eficaz

El ministro que se inclina delante de Dios temprano por la mañana en oración, se parará mejor detrás del púlpito por la noche

también posee gran autoridad. Por lo tanto, dedico a ellas primeramente este libro con todo el cariño y el amor de mi corazón.

También lo dedico a todos los ministros y sus iglesias, a todos los cristianos alrededor del mundo que han orado por mí, mi familia y por nuestro ministerio. A ellos está dedicado

Jeremías 26.13 nos asegura: «Mejorad ahora vuestros caminos y vuestras obras, y oíd la voz de Jehová vuestro Dios».

Moisés, haciendo referencia a esto, dijo al pueblo en Deuteronomio 4.33: «¿Ha oído pueblo alguno la voz de Dios, hablando de en medio del fuego, como tú la has oído, sin perecer?» De la misma forma en nuestros días podremos oír la voz de Dios en medio del fuego del Espíritu a través de la oración.

Jesús dice en Lucas 14.35: «El que tiene oídos para oír, oiga», por lo tanto usted y yo somos llamados a oír la voz de Dios en oración. Igualmente, Jesús dice en Marcos 8.18: «¿Y teniendo oídos no oís?» Lamentablemente muchos no oyen a Dios porque no le buscan en oración.

Santiago 5.16b: «La oración eficaz del justo puede mucho».

En este capítulo nos centralizaremos en tres maneras en que Dios nos habla a específicamente a nosotros como cristianos: por medio de la oración, por medio del ayuno y por medio de su Palabra, la Biblia.

A nosotros nos ocurre lo mismo: Dios nos ha prometido a través de muchas maneras distintas, que nos bendecirá aun más de lo que podamos pedir o imaginar; que Él tiene mucho más que darnos, pero desafortunadamente nos conformamos con lo poco que hemos recibido espiritualmente.

Efesios 3.20: «Y a aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros».

Dios habla de distintas maneras como todos sabemos, una de ellas es por medio de la alabanza y la adoración, pero en este capítulo solamente nos centralizaremos en tres áreas muy importantes que veremos adelante. Dios quiere hablarnos porque ese es su deseo y voluntad. Todo lo que tenemos que hacer es saber identificar su voz y entender la manera en que nos habla.