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Libros
Roald Dahl

La cata

  • Dianela Villicaña Denacompartió una citahace 3 años
    Es un viñedo de cuarta. Ahora estoy seguro. Un cuarta clase de un buen año, de un gran año, de hecho. Y eso es lo que le da ese sabor momentáneo de un vino de tercera o incluso de segunda categoría. ¡Bien! Eso está mejor. Nos vamos acercando. ¿Cuáles son los viñedos de cuarta categoría en el municipio de St. Julien
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citahace 3 años
    El tipo tenía unos cincuenta años y un rostro desagradable. De alguna forma, era todo boca —boca y labios—, los labios de un gourmet profesional, con el inferior colgando en el centro, un labio fláccido y permanentemente abierto de catador, conformado para recibir el borde de una copa o un bocado. Un ojo de cerradura, pensé, observándolo; su boca es como un ojo de cerradura grande y húmedo.
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citahace 3 años
    Es imposible que alguien pueda diferenciarlos todos solo por el gusto y el olor. No me importa decirte que este que tengo aquí es un vino de un pequeño viñedo rodeado de otros muchos, y nunca podrá acertarlo. Es imposible
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citahace 3 años
    Pero a mí me pareció que había algo raro en su forma de hablar y en su aburrimiento: una sombra malévola en su ceño, y en su actitud una determinación que me produjo cierto desasosiego al mirarle
  • Dianela Villicaña Denacompartió una citahace 3 años
    cuando hablaba de vinos, tenía la curiosa y bastante peculiar costumbre de referirse a él como si fuera un ser vivo. «Un vino prudente», decía, «algo tímido y evasivo, pero bastante prudente
  • karlamena6compartió una citahace 4 años
    enos un minuto. Luego, sin abrir los ojos ni mover la cabeza, Pratt se llevó la copa a la boca y vertió en ella la mitad de su contenido. Hizo una pausa, con la boca llena de vino, para recibir la primera impresión; a continuación dejó que un poco se deslizara por su garganta y vi su nuez de Adán moviéndose al tragar. Pero retuvo casi todo el vino en la boca y entonces, esta vez sin tragar, aspiró por los labios un poco de aire que, mezclándose con los aromas del vino en su boca, pasó luego a los pulmones. Contuvo la respiración, echó el aire por la nariz y, por último, se pasó el vino bajo la lengua y lo masticó con los dientes como si fuera pan.
  • Yatzel Roldáncompartió una citahace 4 años
    Hizo otra pausa, cogió la copa y mantuvo el borde contra su labio inferior, ese labio suyo fláccido y colgante. Entonces vi su lengua, rosada y estrecha, salir disparada, sumergir la punta en el vino y retirarse de nuevo rápidamente... una visión repulsiva. Cuando dejó la copa, seguía con los ojos cerrados y el rostro concentrado, moviendo únicamente los labios, frotándolos como dos trozos de húmeda y esponjosa goma.
  • Yatzel Roldáncompartió una citahace 4 años
    »Y ahora, ¿de qué municipio de Médoc procede? Esto, por eliminación, tampoco debería ser muy difícil decirlo. ¿Margaux? No. No puede ser Margaux. No tiene el violento buqué de un Margaux. ¿Pauillac? Tampoco puede ser un Pauillac. Es demasiado suave, demasiado delicado y melancólico para ser un Pauillac. El vino de Pauillac tiene un carácter casi imperioso en su gusto. Además, en mi opinión, contiene un poco de médula, un curioso sabor a polvo y médula que la uva toma del suelo del distrito. No, no. Este es un vino muy suave, tímido y recatado en la primera impresión, que emerge tímida pero delicadamente en la segunda. Algo pícaro, quizá, en la segunda impresión, y también un poco travieso, incitando la lengua con un deje, solo un deje, de tanino. Luego, en el postgusto, delicioso, reconfortante y femenino, con una cualidad alegremente generosa que se asocia solo a los vinos del municipio de St. Julien. No hay duda, es un St. Julien.
  • Yatzel Roldáncompartió una citahace 4 años
    El proceso olfativo se prolongó al menos un minuto. Luego, sin abrir los ojos ni mover la cabeza, Pratt se llevó la copa a la boca y vertió en ella la mitad de su contenido. Hizo una pausa, con la boca llena de vino, para recibir la primera impresión; a continuación dejó que un poco se deslizara por su garganta y vi su nuez de Adán moviéndose al tragar. Pero retuvo casi todo el vino en la boca y entonces, esta vez sin tragar, aspiró por los labios un poco de aire que, mezclándose con los aromas del vino en su boca, pasó luego a los pulmones. Contuvo la respiración, echó el aire por la nariz y, por último, se pasó el vino bajo la lengua y lo masticó con los dientes como si fuera pan.

    Fue una actuación solemne e imperturbable, y debo decir que la ejecutó muy bien.
  • Yatzel Roldáncompartió una citahace 4 años
    Lentamente se llevó la copa a la nariz, metió la punta de esta en la copa y la hizo planear sobre la superficie del vino, olfateando delicadamente. Agitó el vino suavemente en la copa para percibir el buqué. Su concentración era intensa. Había cerrado los ojos, y la parte superior de su cuerpo, la cabeza, el cuello y el pecho, parecía haberse vuelto una especie de enorme máquina olfativa que recibía, filtraba y analizaba el mensaje que llegaba de su nariz.
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