Las seis crónicas que conforman Déjame gritar narran historias que tuvieron lugar en Medellín, entre 1896 y 1968.
Además de relatar sucesos considerados célebres en su momento, por extraordinarios, crueles o violentos, estas crónicas son, en cierto modo, un esbozo de la intimidad de las parejas en una sociedad en la que la coquetería, las caricias, la desnudez, la sensualidad y la sexualidad estaban en las fronteras mismas del pecado.
Casi una década después de su primera edición, Déjame gritar sigue siendo un libro vigente y pertinente, pues llama la atención sobre las ignominias sufridas por algunas mujeres y, a la vez, da cuenta de la evolución de una ciudad viva, con sus metamorfosis y personajes memorables, moldeados por la textura del tiempo y el espacio.
El lector comprobará que los acontecimientos que aquí se relatan, ocurridos a mujeres y hombres de este pequeño lugar del mundo, y que en su tiempo propiciaron acalorados debates en cafés y periódicos y avivaron el fuego de las murmuraciones, en el fondo plantean interrogantes universales sobre la condición humana.