Italo Calvino

Las ciudades invisibles

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  • Tobías Cabañezcompartió una citahace 7 años
    En la vida de los emperadores hay un momento que sucede al orgullo por la amplitud desmesurada de los territorios que hemos conquistado, a la melancolía y al alivio de saber que pronto renunciaremos a conocerlos y a comprenderlos;
  • Cristinacompartió una citahace 7 años
    La memoria es redundante: repite los signos para que la ciudad empiece a existir.
  • Cristinacompartió una citahace 7 años
    Al llegar a cada nueva ciudad el viajero encuentra un pasado suyo que ya no sabía que tenía: la extrañeza de lo que no eres o no posees más, te espera al paso en los lugares extraños y no poseídos.
  • Mi gato calculistacompartió una citaanteayer
    Hemos demostrado que si existiéramos, no estaríamos aquí.
  • Mi gato calculistacompartió una citaanteayer
    n cataclismo nivelará la sórdida cadena montañosa, borrará toda traza de la
  • Mi gato calculistacompartió una citaanteayer
    Tanto que uno se pregunta si la verdadera pasión de Leonia es en realidad, como dicen, gozar de las cosas nuevas y diferentes, y no más bien expulsar, apartar, purgarse de una recurrente impureza. Cierto es que los basureros son acogidos como ángeles y q
  • Mi gato calculistacompartió una citaanteayer
    Con seguridad sólo esto se sabe: cierto número de objetos se desplaza en un espacio determinado, tan pronto sumergidos en una cantidad de objetos nuevos, tan pronto destruyéndose sin ser sustituidos; la norma es mezclarlos cada vez y hacer la prueba nuevamente de juntarlos.
  • Mi gato calculistacompartió una citaanteayer
    Y entonces los fragmentos del primer esplendor que se habían salvado adaptándose a tareas más oscuras, eran nuevamente desplazados, custodiados bajo campanas de cristal, encerrados en vitrinas, posados sobre cojines de terciopelo, y ya no porque pudieran servir todavía para algo sino porque a través de ellos se quería recomponer una ciudad de la cual ya nadie sabía nada.
  • Mi gato calculistacompartió una citaanteayer
    Polo: Tal vez este jardín sólo exista a la sombra de nuestros párpados bajos y nunca hayamos cesado, tú de levantar el polvo en los campos de batalla, yo de contratar costales de pimienta en lejanos mercados, pero cada vez que entrecerramos los ojos en medio del estruendo y la muchedumbre, nos está permitido retirarnos aquí, vestidos con quimonos de seda, para considerar lo que estamos viendo y viviendo, sacar conclusiones, contemplar desde lejos.
  • Mi gato calculistacompartió una citaanteayer
    Esto era lo que quería saber de ti: confiesa lo que contrabandeas: ¡estados de ánimo, estados de gracia, elegías!
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