El ser humano está adaptado a su entorno, pero no al entorno en el que nos encontramos en este momento y en el que vivimos hoy en día. Está adaptado a la sabana de hace decenas de miles de años. En aquel pasado remoto, las generaciones humanas se amoldaron de forma progresiva a su entorno y las adaptaciones terminaron por incorporarse a sus genes. Sin embargo, en unos pocos miles de años (¡no más!) hemos modificado drásticamente nuestro entorno, creando zonas urbanas e introduciendo la técnica y la tecnología, sin que nuestros genes hayan tenido tiempo a adaptarse. Por esa razón debemos regresar en el tiempo para comprender nuestra conducta