La cura mortal

Thomas observó el techo como si esperara que eso ocurriera en aquel mismo
instante.
—Ya

Traté de matarme en el Laberinto. Trepé hasta la mitad de uno de esos malditos muros y salté. Alby me encontró y me arrastró de regreso al Área antes de que se cerraran las puertas. Odiaba ese lugar, Tommy. Detesté hasta el último segundo de cada día que pasé allí. ¡Y todo fue por… tu… culpa!

—Ey, lunático, quizá la Llamarada te haya tapado los oídos. Esto es entre Newt y nosotros. Lárgate.

Será cierto que se terminaron las mentiras?

¿Será cierto que se terminaron las mentiras?

Mátame. Si alguna vez fuiste mi amigo, por favor mátame

Recuérdame no comprar ninguna propiedad en esta zona —bromeó Minho

todo de su mente y la atrajo hacia él.

Ella se inclinó y lo besó en la mejilla, luego en los labios.

—¿Qué está pasando por esa cabecita? —preguntó Brenda.
—Absolutamente nada. Por un tiempo, no voy a pensar más —afirmó, y hablaba en serio. Por primera vez en toda su vida, estaba libre y a salvo, y ese logro le había costado muy caro.
A continuación, Thomas hizo lo único que se le ocurrió. Extendió la mano y tomó la de Brenda.
En respuesta, ella le dio un apretón.