Los cuentos de Pedro Ugarte se mueven en un terreno reconocible, una tranquilizadora geografía de residencias y avenidas. Pero basta desviar un poco la mirada, dar un solo paso en falso, para adquirir conciencia de los abismos que asoman a los lados.
Con menos ironía que en otros libros, pero con la misma ternura clandestina, estos relatos indagan en los motivos habituales del autor: relaciones laborales tormentosas, relaciones sentimentales atormentadas y la aplicación del microscopio a la familia, convertida en un laboratorio literario.
«La felicidad es un archipiélago de islas pequeñas, cuyas costas se ven azotadas por un océano oscuro y turbulento», ha dicho el autor en una reciente entrevista. Quizás eso es lo que nos lleva a buscar siempre un lugar mejor.
Con una prosa elaborada, llena de observaciones, y desenlaces que alternan la sorpresa y la incertidumbre, “Un lugar mejor” es un nuevo paso en una de las obras más sólidas de la narrativa breve de hoy.