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Ludwig Von Mises

La acción humana

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  • Jesús Icompartió una citahace 3 años
    Tales son en esencia las enseñanzas de diversas filosofías indias, especialmente el budismo, así como del pensamiento de Schopenhauer. La praxeología no se interesa por tales doctrinas. La posición de nuestra ciencia es totalmente neutral ante todo género de juicio valorativo y la elección de los fines últimos. La misión de la praxeología no es aprobar ni condenar, sino describir la realidad.

    La praxeología pretende analizar la acción humana. Se ocupa del hombre que efectivamente actúa; nunca de un supuesto ser humano que, a modo de planta, llevaría una existencia meramente vegetativa
  • Jesús Icompartió una citahace 3 años
    Ahora bien, el que los animales y las plantas reaccionen en forma cuasi deliberada no debe parecemos ni más ni menos milagroso que la capacidad del hombre para pensar y actuar o la sumisión del universo inorgánico a las funciones que la física reseña o la realidad de los procesos biológicos que en el mundo orgánico se producen. Son hechos todos ellos milagrosos, en el sentido de que se trata de fenómenos irreductibles para nuestra capacidad investigadora.

    Este dato último es eso que denominamos instinto animal. El concepto de instinto, al igual que los de movimiento, fuerza, vida y consciencia, no es más que un nuevo vocablo para designar un fenómeno irreductible. Pero, por sí, ni nos «explica» nada ni nos orienta hacia causa alguna próxima o remota[10].
  • Jesús Icompartió una citahace 3 años
    En tal sentido suponemos que es el instinto lo que gobierna la cuasi deliberada conducta animal, así como las inconscientes, pero no por eso menos útiles, reacciones de nuestros músculos y nervios. Ahora bien, el hecho de que personalicemos a este desconocido elemento de la conducta como una fuerza y le llamemos instinto en nada amplía nuestro saber.
  • Jesús Icompartió una citahace 3 años
    Se puede admitir que es imposible demostrar de modo concluyente la proposición que asegura que mi lógica es la lógica de todos los demás y la única lógica humana y que las categorías de mi actuar son las categorías de la actuación de todos los demás, así como de la acción humana en general. Ello no obstante, el pragmático debe recordar que tales proposiciones funcionan tanto en la práctica como en la ciencia, y el positivista no debe desconocer el hecho de que, al dirigirse a sus semejantes, presupone —tácita e implícitamente— la validez intersubjetiva de la lógica y, por tanto, la existencia del mundo del pensamiento y de la acción del alter ego de condición indudablemente humana[8]

    Esta propuesta si bien es interesante no es del todo cierto porque, si bien es cierto que no podemos saber si todos los cerebros funcionan exactamente igual, si hay manera de saber que la lógica funciona igual para todos los seres humanos, un ejemplo de ello es la matemática; si lo que dice Mises fuera cierto serían muy pocos los que entienden las matemáticas y no se podría explicar en diferentes partes del mundo.

  • Jesús Icompartió una citahace 3 años
    Los problemas filosóficos, epistemológicos y metafísicos que la causalidad y la inducción imperfecta plantean caen fuera del ámbito de la praxeología. Interesa tan sólo a nuestra ciencia dejar sentado que, para actuar, el hombre ha de conocer la relación causal existente entre los distintos eventos, procesos o situaciones. La acción del sujeto provocará los efectos deseados sólo en aquella medida en que el interesado perciba tal relación.
  • Jesús Icompartió una citahace 3 años
    precisamente en tal subjetivismo reside la objetividad de nuestra ciencia. Por ser subjetivista y por aceptar los juicios de apreciación del hombre actuante como datos últimos no susceptibles de ningún examen crítico posterior, nuestra ciencia queda emplazada por encima de las luchas de partidos y facciones; no interviene en los conflictos que se plantean las diferentes escuelas dogmáticas y éticas; se aparta de toda idea preconcebida, de todo juicio o valoración; sus enseñanzas resultan universalmente válidas y ella misma es absoluta y plenamente humana
  • Jesús Icompartió una citahace 3 años
    La praxeología trata de los medios y sistemas adoptados para la consecución de los fines últimos. Su objeto de estudio son los medios, no los fines
  • Jesús Icompartió una citahace 3 años
    La objeción más corriente que se formula contra la economía es la de que olvida la irracionalidad de la vida y del universo e intenta encuadrar en secos esquemas racionales y en frías abstracciones la variedad infinita de los fenómenos. Nada más absurdo. La economía, al igual que las demás ramas del saber, va tan lejos como puede, dirigida por métodos racionales. Alcanzado el límite, se detiene y califica el hecho con que tropieza de dato irreductible, es decir, de fenómeno que no admite ulterior análisis, al menos en el estado actual de nuestros conocimientos[7]
  • Jesús Icompartió una citahace 3 años
    Respecto del problema planteado por la antítesis entre lo racional y lo irracional, no hay diferencia entre las ciencias naturales y las ciencias sociales. La ciencia siempre es y debe ser racional; presupone intentar aprehender los fenómenos del universo mediante una ordenación sistemática de todo el saber disponible. Sin embargo, como anteriormente se hacía notar, la descomposición analítica del fenómeno en sus elementos constitutivos antes o después llega a un punto del que ya no puede pasar. La mente humana es incluso incapaz de concebir un saber que no esté limitado por ningún dato último imposible de analizar y explicar. El sistema científico que guía al investigador hasta alcanzar el límite en cuestión resulta estrictamente racional. Es el dato irreductible el que puede calificarse de hecho irracional.
  • Jesús Icompartió una citahace 3 años
    La acción humana es siempre y necesariamente racional. Hablar de «acción racional» es un evidente pleonasmo y, por tanto, debe rechazarse tal expresión. Aplicados a los fines últimos de la acción, los términos racional e irracional no son apropiados y carecen de sentido. El fin último de la acción siempre es la satisfacción de algún deseo del hombre actuante.
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