Tomás González

Primero estaba el mar

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J. y su novia Elena están cansados de la vida superficial en la ciudad y deciden empezar de nuevo en la costa caribe colombiana.

Al poco tiempo, esa promesa de límpidos amaneceres y arena entre los dedos se revela despiadada y la naturaleza deja de ser anhelo para convertirse en el recuerdo de cuán frágil es todo intento humano de perdurar.

Tragedia amorosa y espejo empañado de años violentos, Primero estaba el mar traza un horizonte que se aleja en cada página para recordarnos cómo la búsqueda del paraíso no es más que un atajo hacia el fracaso. Sátira así del sueño bohemio y de la gravidez de la juventud.

Después del amplio reconocimiento crítico en español, inglés, francés y alemán, esta, la primera novela de Tomás González, encuentra aquí una edición que considera toda la grandeza que encarnó desde su publicación en 1983 y marca, al mismo tiempo, el inicio de una nueva etapa para la obra del autor latinoamericano que mejor ha comprendido el silencio.
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135 páginas impresas
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Opiniones

  • Valentina Montealegrecompartió su opiniónhace 4 años
    🎯Justo en el blanco

    Aunque al inicio el relato parece muy desprovisto de conflictos, luego de la mitad del libro la trama va adquiriendo muchos matices, desarrollando los personajes hasta llevarlos a su punto máximo de tensión. Elementos como el libro por escribir de J. quedan sueltos, Elena es una humana muy humana y Octavio logra transmitir una imagen aterradora.

  • Julcompartió su opiniónel año pasado
    👍Me gustó
    🎯Justo en el blanco
    🌴Perfecto para la playa

Citas

  • Julcompartió una citael año pasado
    Primero estaba el mar. Todo estaba oscuro. No había sol, ni luna, ni animales, ni plantas. El mar estaba en todas partes. El mar era la madre. La madre no era gente, ni nada, ni cosa alguna. Ella era el espíritu de lo que iba a venir y ella era pensamiento y memoria.
  • Julcompartió una citael año pasado
    Busque unas tablas buenas, Gilberto, y hagamos el cajón aquí mismo.

    Pero tablas no había. Buscaron por todas partes y no encontraron unas que sirvieran. El hermano dijo que lo mejor era desbaratar la cama para hacer el ataúd.
  • Julcompartió una citael año pasado
    Busque unas tablas buenas, Gilberto, y hagamos el cajón aquí mismo.

    Pero tablas no había. Buscaron por todas partes y no encontraron unas que sirvieran. El hermano dijo que lo mejor era desbaratar la cama para hacer el ataúd.

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