Libros
Liliana Colanzi

Chaco

  • Noé ✨🐞compartió una citahace 8 meses
    aquí te entregamos la lengua, tuya es nuestra voz. Un último sonido, y nos abrazamos a lo oscuro.
  • Noé ✨🐞compartió una citahace 8 meses
    Tu corazón es como la hormiga, nada ve y sólo sabe picar.
  • Noé ✨🐞compartió una citahace 8 meses
    l-l-la curiosidad e-e-s la ba-ba del diablo.
  • Noé ✨🐞compartió una citahace 8 meses
    DECÍA MI ABUELO QUE CADA PALABRA TIENE SU DUEÑO y que una palabra justa hace temblar la tierra.
  • anasilvia96compartió una citael año pasado
    DECÍA MI ABUELO QUE CADA PALABRA TIENE SU DUEÑO y que una palabra justa hace temblar la tierra. La palabra es un rayo, un tigre, un vendaval, decía el viejo mirándome con rabia mientras se servía alcohol de farmacia, pero ay del que usa la palabra a la ligera. ¿
  • Tess Pedrocompartió una citael año pasado
    DECÍA MI ABUELO QUE CADA PALABRA TIENE SU DUEÑO y que una palabra justa hace temblar la tierra.
  • Ana Saenzcompartió una citahace 2 años
    ¿Sabés lo que le pasa al que miente?, insistía el abuelo, esquelético, amenazándome con el bastón: la palabra lo abandona, y al que se queda vacío cualquiera lo puede matar.
  • Ana Saenzcompartió una citahace 2 años
    DECÍA MI ABUELO QUE CADA PALABRA TIENE SU DUEÑO y que una palabra justa hace temblar la tierra. La palabra es un rayo, un tigre, un vendaval, decía el viejo mirándome con rabia mientras se servía alcohol de farmacia, pero ay del que usa la palabra a la ligera.
  • Gabriela Torocompartió una citahace 4 años
    ¿o el hombre blanco es pariente del alacrán, que con su propia púa se quiere clavar? Ayayay
  • Rafael Ramoscompartió una citahace 4 años
    Y ahí quedamos, solos, parados en medio de los autos que iban y venían en todas direcciones. No teníamos un peso, no sabíamos dónde íbamos a pasar la noche. Pero éramos el jefe de nuestra casa. Nos dejábamos arrastrar con la prisa de la gente, nos dejábamos aturdir con el ruido de la calle y llevábamos con nosotros una piedra y nuestra voz. Los edificios crecían hacia todos lados, la ciudad brillaba como si la acabaran de lustrar.
fb2epub
Arrastra y suelta tus archivos (no más de 5 por vez)