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Shintaro Ishihara

El eclipse de Yukio Mishima

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  • atachibannacompartió una citahace 5 años
    Flores de hierba, de Takehiko Fukunaga,
  • atachibannacompartió una citahace 5 años
    Shichiro Fukazawa (1914-1987), escritor japonés adscrito a la corriente antimodernista y autor, entre otras obras, de la novela La balada de Narayama, que se adaptó en dos ocasiones al cine. <<
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  • atachibannacompartió una citahace 5 años
    no me gusta Dazai, es porque murió con su época. Debemos convencernos de que los seres humanos perduran. De eso trata la literatura. No es una discusión mediocre.
  • atachibannacompartió una citahace 5 años
    Si hablamos de la novela, cuando irrumpió en Japón el primer objetivo fue alcanzar la perfección formal. Si nosotros todavía escribimos novelas, es porque aún no lo hemos logrado. Una vez alcanzado ese objetivo, creo que nos alejaremos de la novela. Solo repetiremos ese modelo de perfección.
  • atachibannacompartió una citahace 5 años
    Si Mishima se hubiera conformado con su cuerpo, sin duda habría perfeccionado su literatura, la habría dotado de una mayor profundidad. Es posible, sin embargo, que a él eso le pareciera solo una exigencia egoísta de los lectores. En cualquier caso, creo que vivió su vida con pasión, pero me pregunto si al final no se transformó en aburrimiento, en remordimientos. Creo que el exceso de apego hacia sí mismo no le trajo más que fatalidad en un momento de crisis de identidad general, en el que podía haber ayudado mucho para superarla. Me pregunto si sabrá, allá donde esté, que una de las razones de nuestro irremediable aburrimiento en nuestra prosperidad es su ausencia.
  • atachibannacompartió una citahace 5 años
    Como el hibris de la mitología griega, luchó contra el destino solo para ser castigado y azotado por los dioses, arrastrado hasta la muerte por su arrogancia, y en su fracaso se llevó muchas cosas consigo: el kendo, su idea de la cultura japonesa, de la tradición, de la nación, del Emperador, del alma de los héroes caídos en la guerra…
  • atachibannacompartió una citahace 5 años
    Habrá gente que diga que fue la apoteosis perfecta de una vida dominada por la estética; otros lo valorarán como un acto patriótico. Fuera lo que fuera, para ser una búsqueda de la belleza pura, hubo en todo aquello demasiada falsedad. En ese sentido no fue un acto perfecto. Nadie juzgó su muerte como «un grito del espíritu» ni tampoco como un sacrificio por el país. Cualquiera de las posibles interpretaciones no nos lleva más que a una conclusión: la de su fracaso. Su acto final no tuvo consecuencias porque no conocemos la causa. Morir así no aportó nada a su obra literaria, solo arrojó más sombras respecto al personaje. ¿Por qué lo hizo entonces?
    La contradicción permanente parecía el destino de Mishima. Como he apuntado anteriormente, dos músicas disonantes sonaban siempre en su interior: por un lado, el deseo de conseguir algo; por otro, la vergüenza de desearlo.
  • atachibannacompartió una citahace 5 años
    «Rechazarlo todo, negar la realidad de Japón, de los japoneses. Me pregunto si hay otra forma de vivir en este país tan difícil, si no me queda más alternativa que matar o suicidarme», escribió en El templo del alba.
  • atachibannacompartió una citahace 5 años
    Desde que Mishima organizó su Sociedad del Escudo, se aprecia cada vez más su debilidad y confusión. Al observarle en persona, me daba cuenta de que se impacientaba, de que se irritaba enseguida por cualquier cosa. Para algunos, daba una impresión de debilidad impropia de él.
    La obra El mundo de Yukio Mishima, escrita por Takeshi Muramatsu[40], fue resultado de muchos años de estudio e investigación y en ella asegura que Mishima se preguntaba si era tan extraño desear que le concedieran el premio Nobel.
  • atachibannacompartió una citahace 5 años
    También escribió que las artes marciales terminan por desaparecer como las flores que caen, es decir, como el cuerpo perecedero, mientras que la literatura, como la conciencia, es una flor imperecedera y por tanto artificial: «Así, combinar acción y arte es combinar la flor que se marchita y la flor que dura eternamente, mezclar en un solo individuo los dos deseos más contradictorios de la humanidad y los correspondientes sueños de realización de dichos deseos. ¿Cuál es, entonces, el resultado?».
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