Mario Vargas Llosa

La Fiesta del Chivo

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  • Rafael Ramoscompartió una citahace 13 horas
    La cita de Ortega y Gasset apareció, en la esquina de una página, escrita con su letra menudita: «Nada de lo que el hombre ha sido, es o será, lo ha sido, lo es ni lo será de una vez para siempre, sino que ha llegado a serlo un buen día y otro buen día dejará de serlo». Él era un ejemplo vivo de la precariedad de la existencia que postulaba esa filosofía.
  • Rafael Ramoscompartió una citahace 13 horas
    Se aflojó la corbata y se quitó la chaqueta. Pasaban taxis pero no paró ninguno. ¿Iría a su casa? ¿Para sentirse enjaulado y devanarse los sesos mientras bajaba de su dormitorio al despacho o subía de nuevo al dormitorio pasando por la sala, preguntándose, mil veces, qué había ocurrido? ¿Por qué era este conejo correteado por invisibles cazadores? Le habían quitado la oficina del Congreso y el auto oficial, y su carnet del Country Club, donde hubiera podido refugiarse, tomar una bebida fresca, viendo, desde el bar, ese paisaje de jardines cuidados y remotos jugadores de golf o ir donde un amigo, pero ¿le quedaba alguno? A todos los que había llamado los notó en el teléfono asustados, reticentes, hostiles: les hacía daño queriendo verlos. Caminaba sin rumbo, con la chaqueta doblada bajo el brazo.
  • Rafael Ramoscompartió una citahace 13 horas
    La calla un perro que ladra desaforado en las cercanías; le responden dos, cinco más. Por un pequeño tragaluz, en lo alto de la habitación, Urania divisa la luna: redonda y amarilla, espléndida. En New York no había lunas así.
  • Rafael Ramoscompartió una citahace 13 horas
    ¿Ha pasado ya el tiempo prudente de sobremesa para despedirse? Urania no se ha sentido cómoda en toda la noche. Más bien tensa, esperando una agresión. Éstas son las únicas parientes que le quedan y se siente más distante de ellas que de las estrellas. Y comienzan a irritarla los grandes Ojos de Marianita clavados en ella.
  • Rafael Ramoscompartió una citahace 14 horas
    —Nos conocemos hace muchos años, Henry. juntos hemos hecho muchas cosas. Buenas y algunas malas. No hay dos personas en el régimen que hayan estado tan unidas, como tú y yo. ¿Qué ocurre? ¿Por qué se me está cayendo encima el cielo desde esta mañana?
  • Rafael Ramoscompartió una citahace 14 horas
    Yo no quería creer que hubiera traicionado a su compañero de toda la vida. Bueno, la política es eso, abrirse camino entre cadáveres.
  • Rafael Ramoscompartió una citahace 15 días
    En vez del bochornoso espectáculo, la mancha que esperaba, comprobó —su vista seguía siendo formidable, igual que su memoria— que su bragueta y entrepierna estaban secas. Sequísimas. Fue una falsa impresión, motivada por el temor, el pánico a «hacer aguas», como decían de las parturientas. Lo embargó la felicidad, el optimismo. El día, comenzado con malos humores y sombríos presagios, acababa de embellecerse, como el paisaje de la costa luego del aguacero, al estallar el sol.
    Se puso de pie y, soldados a la voz de mando, todos lo imitaron. Mientras se inclinaba a ayudar a Dorothy Gittleman a levantarse, decidió con toda la fuerza de su alma: «Esta noche, en la Casa de Caoba, haré chillar a una hembrita como hace veinte años». Le pareció que sus testículos entraban en ebullición y su verga empezaba a enderezarse
  • Rafael Ramoscompartió una citael mes pasado
    Cambridge, Massachussets, fue otra cosa. Allí empezó a vivir de nuevo, a descubrir que la vida merecía ser vivida, que estudiar no era sólo una terapia sino un goce, la más exaltante diversión. ¡Cómo había disfrutado con las clases, las conferencias, los seminarios! Abrumada por la abundancia de posibilidades (además de Derecho, siguió como oyente un curso de historia latinoamericana, un seminario sobre el Caribe y un ciclo sobre historia social dominicana), le faltaban horas al día y semanas al mes para hacer todo lo que la tentaba.
  • Rafael Ramoscompartió una citael mes pasado
    Pero, inmediatamente decidió que había que ir con la amonestación hasta la cabeza. Y hacerle tragar a Pupo Román en persona un poco de la mierda líquida que surtía de ese desagüe. Decidió llamarlo de inmediato. Pero, al volver a su despacho, olvidó hacerlo. ¿Empezaba a fallarle la memoria, igual que el esfínter? Coño. Las dos cosas que le habían respondido mejor a lo largo de toda su vida, ahora, a sus setenta años, se volvían achacosas.
  • Rafael Ramoscompartió una citael mes pasado
    —Has tenido suerte de no casarte, de no tener familia —prosiguió Trujillo—. Muchas veces habrás creído que es una desgracia no dejar descendencia. ¡Pendejadas! El error de mi vida ha sido mi familia. Mis hermanos, mi propia mujer, mis hijos. ¿Has visto calamidades parecidas? Sin otro horizonte que el trago, los pesos y tirar. ¿Hay uno solo capaz de continuar mi obra? ¿No es una vergüenza que Ramfis Y Radhamés, en estos momentos, en vez de estar aquí, a mi lado, jueguen al polo en París?
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