Personalmente, creo que sobre el alma de toda mujer flotan los espíritus de mujeres del pasado que lucharon para satisfacer sus necesidades no cubiertas y las de sus hijas e hijos, de sus tribus y de sus pueblos, que se negaron a aceptar los dictados de una Iglesia y un Estado masculinos, que se arriesgaron y resistieron, como las mujeres de hoy —como Inez Garcia, Yvonne Wanrow, Joan Little, Casandra Peter— que luchan contra sus violadores y maltratadores.