Supongo que en el fondo todos queremos lo mismo: sentirnos queridos. Lo que ocurre es que cada uno lo expresa de forma distinta. Hay personas que son más directas, abren su corazón sin miedo a que la exposición de sus sentimientos les ocasione daños emocionales. Por el contrario, hay gente que prefiere mantenerlos ocultos, así se sienten más seguros.