Mariana Mazzucato

El valor de las cosas

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¿En qué mundo queremos vivir?

Mariana Mazzucato, la economista del momento, prende la mecha de un debate necesario.


«Mucho ojo con Mazzucato, la economista más temible del mundo.»
Helen Rumbelow, The Times



¿Quién crea realmente la riqueza? ¿Qué actividades la impulsan? ¿Cuáles se limitan a extraerla? ¿Cuáles la destruyen? Nuestras economías tienden a premiar la extracción de valor antes que su creación -el proceso productivo que verdaderamente impulsa una economía y una sociedad saludables-, y la diferencia entre ambos conceptos se ha desdibujado de manera notable.
A partir de ejemplos que van desde Silicon Valley hasta el sector financiero pasando por las grandes farmacéuticas, Mariana Mazzucato muestra de manera magistral cómo las nociones borrosas que tenemos del valor han permitido a ciertos actores de la economía retratarse a sí mismos como generadores de valor, mientras que en realidad se limitan a mover el existente o, lo que es peor, a destruirlo.
Tendemos a perder de vista la auténtica naturaleza del valor y por qué es importante, cuestiones que en el pasado estuvieron en el centro del pensamiento económico y que, sencillamente, ya no se discuten. Si queremos reemplazar el actual sistema parasitario por otro sostenible que funcione para todos, es urgente y necesario repensar el origen de la riqueza y responder las preguntas clave de Mazzucato, que nos llevan al verdadero gran interrogante: ¿en qué mundo queremos vivir?
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602 páginas impresas
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Citas

  • Raúl Cristobalcompartió una citael año pasado
    el excedente que generan los sectores «productivos» permite vivir a todos los demás.
  • Raúl Cristobalcompartió una citael año pasado
    a diferencia de los humanos, la Naturaleza realmente producía cosas nuevas: grano de las pequeñas semillas (para la comida), madera de los árboles y minerales de la tierra (para las casas, barcos y maquinaria). Por el contrario, los humanos no podían producir valor; solo eran capaces de transformarlo: obtener pan de las semillas, madera de los árboles, acero del hierro. Como la agricultura, la cría de animales, la pesca, la caza y la minería (todas en el área oscura de la figura 3) trasladan la abundancia de la naturaleza a la sociedad, Quesnay llamó a estas actividades la «clase productiva».
  • Raúl Cristobalcompartió una citael año pasado
    Quesnay creía que la tierra representaba la fuente de todo valor.
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