Allí donde vayas, habrá personas que se aprovecharán de tu vulnerabilidad. Puedes cambiar de colegio, de estado, de país y de nombre, pero hasta que no cambies cómo te ves a ti misma, la gente va a seguir destrozándote por dentro hasta que acabes creyendo todo lo que te dicen».
Muy fácil de decir, pero cómo cuesta llevarlo a cabo.