Agata Orzeszek

  • Talia Garzacompartió una citahace 4 meses
    Al divisar el ejército en marcha, el gentío se detuvo y se extendieron alfombras en las calles, señal de que el rey, cuyas suelas jamás tocan el polvo terrenal, desde que nace hasta que muere, que es cuando las llamas abrasan su cuerpo purificado, saldría a su encuentro.
  • Talia Garzacompartió una citahace 4 meses
    Sé quién eres. Eres ése al que nombraron amo y señor de mi destino y que me ha aplastado con su pie.
  • Talia Garzacompartió una citahace 4 meses
    Y cuando, finalmente, acabó por abrir del todo los ojos para mirarla, vio cómo, a través de la mirada de la mujer, lo contemplaba la estrella de la compasión. Y a través del fuego de su propio sufrimiento, conoció el sentido de todos los sufrimientos y la clemencia de la bondad. Le dirigió una débil sonrisa y dejó de sentir dolor.
  • Talia Garzacompartió una citahace 4 meses
    silenciosamente se convertían en día y en noche, al igual que una vida hecha de miles de días avanza hacia la madurez y la vejez.
  • Talia Garzacompartió una citahace 4 meses
    sentía más viva que nunca la fuerza del dios de las mil formas, y a sí mismo adquiriendo una u otra, sin acogerse a ninguna, to talmente libre de la servidumbre de la voluntad, muerto en vida y vivo en la muerte... Todo el miedo a lo fugaz desapare
  • Talia Garzacompartió una citahace 4 meses
    culpa y fatalidad no eran sino visiones del eterno anhelo del saber
  • Talia Garzacompartió una citahace 4 meses
    casa y la hacienda, en la tentación ardiente del mundo que embriaga los sentidos y llena la sangre con el calor de la vida.
  • Talia Garzacompartió una citahace 4 meses
    se entrenaba en las artes del recogimiento, que son el silencio de la contemplación, el abandono lleno de amor en el espíritu, el hacer bien a los pobres y la oración con sacrificio. Y su espíritu se tornó más alegre, su manera de hablar se había suavizado aun cuando se dirigía al más humilde de los siervos, y sus allegados lo amaban más que nunca. Era un amparo para los pobres y un consuelo para los desdichados. Velaban su sueño plegarias de muchos hombres, que ya no lo llamaban, como antes, «El Rayo de la Espada» ni «La Fuente de la Justicia», sino «El Campo del Buen Consejo»
  • Talia Garzacompartió una citahace 4 meses
    su interior a duras penas comprendía que hubiese en el mundo tanta ansiedad y que los hombres, por pequeñas envidias de propiedad, se abriesen camino a codazos cuando tenían por delante toda la vida y el dulce aroma de la existenci
  • Talia Garzacompartió una citahace 4 meses
    mientras lo hacía, el repentino contacto con el agua fría le hizo darse cuenta, no sin estremecerlo, de lo que su espíritu, siempre tan alerta, había olvidado: que había vuelto a actuar como juez y que, con su veredicto, había cambiado un destino. Y por primera vez desde hacía seis años se vio privado del sueño.
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