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Susan Ee

  • army_22compartió una citahace 10 meses
    —¿Y su familia es más normal? —les pregunto.

    Dee y Dum se miran el uno al otro.

    —Nah —dice Dee.

    —No, la verdad no —dice Dum al mismo tiempo.
  • army_22compartió una citahace 10 meses
    —¿Puedo ponerle un nombre a tu espada?

    —No —encuentro unos jeans que parecen de mi talla y un calcetín.

    —¿Por qué no?
  • army_22compartió una citahace 10 meses
    —Porque ya tiene nombre —sigo buscando el otro calcetín en el montón de ropa.

    —¿Cómo se llama?

    —Osito Pooky.

    Su rostro juguetón se torna serio de repente.

    —¿Tu increíble espada de coleccionista, fabricada para mutilar y matar, diseñada específicamente para obligar a tus enemigos a rendirse de rodillas y además provocar el lamento de sus mujeres… se llama Osito Pooky?

    —Sí. ¿Te gusta?
  • army_22compartió una citahace 10 meses
    que voy a vomitar —digo casi en serio.

    —Te ordeno que no lo hagas —me dice Obi.

    —Ah, no le digas eso —se queja Dee-Dum—. Penryn es una rebelde nata. Ahora va a vomitar sólo para no obedecerte.

    —Estás aquí por una razón, Penryn —dice Obi—. Y vomitar en mi auto no es parte de tu misión. Anímate, soldado.

    —No soy uno de tus soldados.

    —Todavía no —contesta Obi con una sonrisa brillante—. ¿Por qué no nos cuentas qué fue lo que pasó en el nido? Cuéntanos todo lo que viste y oíste, incluso si crees que se trata de un detalle sin importancia.

    —Y si en serio vas a vomitar —dice Dee-Dum—, hazlo en dirección de Obi, no mía.
  • b5116541346compartió una citahace 2 años
    ¿Quién nos cuidará de los guardianes?
  • Namjoon Gómezcompartió una citahace 2 años
    a quedar atrapado cuando se va la electricidad.

    Ayudo a Paige a levantarse de su silla y la cargo sobre mi espalda mientras nuestra madre baja la silla los tres pisos por las escaleras. No me gusta cómo se siente el cuerpo frágil y huesudo de mi hermana. Es demasiado ligera, incluso para una niña de siete años, y eso me da más miedo que todo lo demás.

    Cuando llegamos al vestíbulo vuelvo a acomodar a Paige en su silla. Le recojo un mechón de cabello oscuro detrás de su oreja. Con sus pómulos altos y sus ojos de medianoche, casi podríamos ser gemelas. Tiene un rostro de hada más marcado que el mío, pero en unos diez años
  • Angela Galiciacompartió una citael año pasado
    Se voltea hacia el asiento trasero y toma su mochila.
  • Angela Galiciacompartió una citael año pasado
    Qué bueno que no es humano.
  • Angela Galiciacompartió una citael año pasado
    Luego, su beso se vuelve hambriento.

    No es el beso delicado de una pareja en su primera cita, ni el beso de un hombre impulsado por simple lujuria. Me besa con la desesperación de un hombre moribundo que cree que la magia de la vida eterna se encuentra en este beso. La manera feroz en que me toma de la cintura y de los hombros, la fuerte presión de sus labios, me sacan de equilibrio hasta que mis pensamientos pierden el control.

    La presión se relaja y el beso se vuelve sensual.

    Una suave calidez brota desde el toque sedoso de sus labios y su lengua, y llega hasta el centro de mi ser. Mi cuerpo se derrite en el suyo y estoy hiperconsciente de los duros músculos de su pecho contra el mío, el calor de sus manos en mi cintura y mis hombros, la humedad de su boca sobre la mía.
  • Angela Galiciacompartió una citael año pasado
    —Ni siquiera te gusto, ¿recuerdas? —
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