El feminismo nace en el siglo XVIII, en la Ilustración, aunque, por supuesto, hubo antecedentes. Su objetivo ha sido, desde el principio, la liberación de las mujeres del patriarcado. Es importante aclarar que «mujeres» no es lo mismo que «mujer», ya que este último término, en su singularidad, connota una condición esencial y única para todas nosotras, una identidad común que es rechazada por muchos feminismos.