María José Martín Pinto

Alcoholizado y arruinado terminó su vida uno de los escritores considerados como portavoz de la generación de la posguerra, la que quiso vivir con desenfreno después de los horrores vividos, la generación de la ley seca que no paraba de emborracharse y de bailar al son del jazz, la música que puso banda sonora a la vida y a las obras de Francis Scott Fitzgerald.

Cada vez que se te ocurra criticar a alguien –me dijo–, recuerda que no toda la gente de este mundo ha tenido las mismas ventajas que tú.

la vida se ve mucho mejor desde una sola ventana, después de todo.

No hay fuego ni frescura suficientes para desafiar lo que un hombre puede guardar en un corazón fantasmal.

Bueno, pues allí estaba yo, muy lejos de mis ambiciones, enamorándome cada vez más con cada minuto que pasaba, y de repente, dejó de importarme. ¿Para qué servía hacer grandes cosas si podía pasármelo muchísimo mejor contándole a ella lo que iba a hacer?

Aprendamos a demostrar nuestra amistad por un hombre mientras esté vivo y no después de muerto

Todos tenemos aspiraciones y sueños y no importa dónde se ha nacido para alcanzarlos. Pero al final de nuestras vidas, lo que hemos hecho tiene que tener un sentido... o al menos, que quede alguien que se lo conceda. Aunque nos arrastre el pasado.

—Cada vez que se te ocurra criticar a alguien –me dijo–, recuerda que no toda la gente de este mundo ha tenido las mismas ventajas que tú.

—Cada vez que se te ocurra criticar a alguien –me dijo–, recuerda que no toda la gente de este mundo ha tenido las mismas ventajas que tú.

Reservarse los juicios es un asunto de esperanza infinita