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Charlotte Brontë

  • Daniela Castillocompartió una citahace 6 meses
    ¿Qué quiero? Un empleo nuevo, en un sitio nuevo, entre caras nuevas y en condiciones nuevas. Quiero esto, porque no puedo aspirar a cosa mejor. ¿Qué hacen los que desean obtener un empleo diferente al que tienen? Supongo que apelarán a sus amigos, pero yo no tengo amigos. Ahora bien, hay muchos que no tienen amigos y se valen por sí mismos. ¿Cómo lo hacen?
  • Daniela Castillocompartió una citahace 6 meses
    Es inútil aconsejar calma a los humanos cuando experimentan esa inquietud que yo experimentaba. Si necesitan acción y no la encuentran, ellos mismos la inventarán. Hay millones de seres condenados a una suerte menos agradable que la mía de aquella época, y esos millones viven en silenciosa protesta contra su destino. Nadie sabe cuántas rebeliones, aparte de las políticas, fermentan en los ánimos de las gentes.
  • Daniela Castillocompartió una citahace 6 meses
    Se supone generalmente que las mujeres son más tranquilas, pero la realidad es que las mujeres sienten igual que los hombres, que necesitan ejercitar sus facultades y desarrollar sus esfuerzos como sus hermanos masculinos, aunque ellos piensen que deben vivir reducidas a preparar budines, tocar el piano, bordar y hacer punto, y critiquen o se burlen de las que aspiran a realizar o aprender más de lo acostumbrado en su sexo.
  • Daniela Castillocompartió una citahace 5 meses
    -¿Cuál es la industria principal de aquí? ¿A qué se dedica la gente?
    -Muchos son labradores y otros trabajan en la fábrica de agujas de Mr. Oliver.
    -¿Emplea mujeres Mr. Oliver?
    -No; sólo hombres.
    -¿Pues qué hacen las mujeres de este lugar?
    -No sé -contestó-. Unas una cosa, otras otra... Los pobres se arreglan siempre como pueden.
  • Daniela Castillocompartió una citahace 5 meses
    -Un instante, Jane. Piensa en lo que será mi horrible vida cuando te hayas ido. Contigo se irá toda mi felicidad. ¿Qué me quedará? ¡Esa loca de ahí arriba! ¡Como si me quedara un cadáver en el cementerio! ¿Qué haré? ¿Dónde hallaré compañía y consuelo?
    -Donde yo. En Dios y en usted mismo. Confíe en que volveremos a encontrarnos en el cielo.
    -¿No quieres ayudarme?
    -No.
    -¿Me condenas a vivir miserablemente y a morir maldito? -exclamó, alzando la voz.
    -Le aconsejo que viva librándose de pecar y le deseo que muera en paz.
    -¿Me privas del amor puro? ¿Me obligas a que caiga en la pasión y en el vicio?
    -No hago con usted más que lo que hago conmigo misma. Todos hemos nacido para sufrir; soportemos el sufrimiento. Antes me olvidará usted a mí que yo a usted.
  • Daniela Castillocompartió una citahace 5 meses
    Para ti vale más sumir en la desesperación a un ser humano que transgredir una ley meramente convencional sin perjudicar a nadie. ¡Porque no tienes amigos ni parientes que puedan juzgarte mal si vives conmigo!
    Esto era cierto, y al oírle mi conciencia y mi razón se rebelaron contra mí, calificando de crimen mi resistencia a escucharle. El sentimiento murmuraba en mi interior: «Piensa en su miseria, piensa en los riesgos a que le expones abandonándole, piensa en su desesperación. Sálvale, pues, ámale y dile que le amas. ¿Quién se preocupa de ti en el mundo? ¿Quién te pedirá cuenta de tus acciones?»
    La réplica fue inmediata: «Yo me preocupo de mí.
  • Daniela Castillocompartió una citahace 5 meses
    Jane Eyre, que era el día anterior una mujer llena de dulces anhelos, una casi desposada, se había convertido otra vez en una muchacha desamparada y sola, con una vida gris, llena de desoladas perspectivas ante ella. La nieve de diciembre había caído en medio del verano, el hielo helaba las manzanas maduras, un viento invernal arrancaba de sus tallos las rosas. Los bosques, que doce horas antes mostrábanse fragantes y espléndidos como tropicales árboles, eran ahora inmensos, solitarios, glaciales como los bosques de pinos en el invierno de Noruega... Mis esperanzas habían muerto de repente; mis deseos, el día anterior rebosantes de vida, estaban convertidos en lívidos cadáveres. Y mi amor, aquel sentimiento que Rochester había despertado en mí, yacía, angustiado, en mi corazón, como un niño en una cuna fría.
  • Daniela Castillocompartió una citahace 5 meses
    -Porque te complaces en el sacrificio.
    -¿Qué sacrificio? ¿El de calmar el hambre que me devora, el de cambiar la esperanza por la realización? ¿Es un sacrificio poder estrechar entre mis brazos al que estimo, poder besar al que amo, descansar en el que confío? Si eso es sacrificarse, ¡bendito sea tal sacri-ficio!
  • Caro Cortescompartió una citael año pasado
    Se supone generalmente que las mujeres son más tranquilas, pero la realidad es que las mujeres sienten igual que los hombres, que necesitan ejercitar sus facultades y desarrollar sus esfuerzos como sus hermanos masculinos, aunque ellos piensen que deben vivir reducidas a preparar budines, tocar el piano, bordar y hacer punto, y critiquen o se burlen de las que aspiran a realizar o aprender más de lo acostumbrado en su sexo.
  • Berenicecompartió una citahace 7 meses
    Cada nuevo capítulo de una novela es como un nuevo cuadro en una obra teatral.
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