Patricia Highsmith

La soledad no la preocupaba. Opinaba que las personas sociables nunca estaban solas y ella había estado en muchos lugares extraños del mundo, de modo que no la preocupaba en absoluto.

En la primera frase de Ese dulce mal quise crear la sensación de tensión emocional, y también de tozuda perseverancia, de una fuerza reprimida que algún día estallará. Si una persona está tan inquieta que se levanta de la cama para dar un paseo solitario, es que esta persona tiene problemas de alguna clase, y eso es una «situación».

no se pospone por tanto tiempo escribir a alguien por quien se siente algo

Sydney tenía la impresión de que no estaba realizándose plenamente y, a menudo, cuando trataba de dar con la forma de realizarse, se sentía desconcertado. Principalmente lo intentaba con el método habitual: trabajando mucho

Al parecer, cuando uno se casaba se convertía automáticamente en un pobre, aunque uno se casase con una chica bastante adinerada. De soltero, la pobreza no importaba porque, de todos modos, uno podía hacer cosas, pero un hombre casado era un hombre arruinado, tanto moral como materialmente

Sí, y un día iría demasiado lejos, sólo un poquito, y la mataría. Lo había pensado muchas veces. Una noche cuando estuviesen solos. La golpearía con rabia una vez y, en lugar de detenerse, seguiría pegándola hasta matarla.

Pero, para Sydney, la mejor manera era que muriese al golpearla él en la casa; luego se la llevaría en el coche, la enterraría en alguna parte y después diría a todo el mundo que su mujer se había ido a pasar varios días fuera

Sydney se dijo que tanto él como Alicia estaban esperando una señal, una señal de cualquier cosa –de hostilidad o de amor–, y que cualquiera de ellos dos podía inclinar la balanza.

Pero, tal como estaban las cosas, los dos flotaban a la deriva como un matrimonio anciano acostumbrado a sus respectivas rutinas: levantarse, preparar el desayuno, hacer la cama, barrer la cocina, sin hablarse apenas, sin mostrar hostilidad pero tolerándose a duras penas mutuamente.

Alicia parecía ahora más segura de sí misma, pero su lógica dejaba mucho que desear.