¿cuál es nuestra posición como terapeutas? ¿Cómo desafiar a nuestros pacientes a crecer mientras mantenemos la alianza? ¿Cómo mantenernos en el terreno de la psicoterapia y evitar caer en el adoctrinamiento? ¿Cómo poder indignarse ante las injusticias y desigualdades sin violentar a los demás? ¿Cómo hacer que el diálogo entre personas pueda convertirse en un encuentro solidario? ¿Cómo acompañar y desafiar a las y los consultantes que establecen relaciones desiguales, deshonestas y algunas veces, violentas, mientras reconocemos su dignidad y sus heridas? ¿Cómo hacerlo sin victimizarlos y sin desresponsabilizarlos?
En pocas palabras, ¿cómo ser psicoterapeutas éticos y amorosos, pero al mismo tiempo desafiantes, provocadores y en última instancia, eficaces?