Universidad Iberoamericana A.C.

Aparecen métodos de organización científica del trabajo como el taylorismo, (6) a consecuencia de la racionalización de pasos sistemáticos a seguir en el ensamblaje y la producción en serie para concluir en un resultado final verificable, es decir, una productividad cuantificable y llevada al máximo de la eficacia para la producción.

l fundamento científico del método y su sistematización en pasos específicos se centra en la especialización del trabajador, a fin de optimizar las energías, su control y su regulación eficiente y eficaz para la producción en cadena. Esta organización de los actos corporales incluye y exige aspectos como el uso consciente de los minutos, las horas y los días útiles y productivos frente al tiempo inútil y desperdiciado del trabajador. Es una concepción del tiempo productivo que también se desplaza hacia actividades como el tiempo de descanso, de alimentación, de necesidades fisiológicas y de los horarios de entrada y salida del trabajo, entre otros rubros de la vida laboral, social y doméstica que sistematizan los méto- dos científicos del trabajo para la producción eficaz.

Con la industrialización de la vida a través de las máquinas, los motores, en la fábrica, la implementación de novedosas relaciones laborales, los nuevos aparatos electrodomésticos, etc., se establecen también novedosas formas de relación y vínculo entre los sujetos-cuerpo y los objetos derivados de la maquinación moderna, y se provocan nuevas tensiones, mutaciones y patologías corporales.

Las tecnologías de trabajo, los artefactos domésticos y la industrialización de los sistemas de vida del capitalismo moderno se convierten en el marcapasos, en tiempo regulado del y para el sujeto-cuerpo

En dicha dictadura de la industrialización, máquinas como “el martillo neumático” se apoderan física y emocionalmente de los cuerpos que las ejecutan, pues durante su uso las vibraciones, los ruidos, los olores del combustible penetran y se impregnan a los cuerpos, los sacuden, lo tensan, los hacen vibrar según los intervalos y espasmos motores y mecánicos de la máquina. Estos ritmos mecánicos y motores, que en mayor o menor grado se introyectan en los cuerpos, los invaden, los condicionan y modifican, pues aun después de la jornada laboral el trabajador no deja de percibir y sentir la tensión y la vibración de la máquina en sus manos, muslos, piernas, brazos y cerebro

Con la vigilancia siempre presente del tiempo y su paso cronométrico, la modernidad capitalista ha sistematizado su carrera contra la improductividad por la productividad permanente y sin descanso, contra la ineficiencia y la ineficacia, en beneficio de la destreza corporal y la eficacia productiva del sujeto, y del mismo modo se proclama el mal uso y la pérdida de tiempo desde la mirada siempre demandante, expresiva y directa de los relojes vigilantes y expectantes.

Es la transvaloración y reconversión del tiempo eterno y divino en tiempo utilitario y vigilante, a la vez que objeto visual, auditivo y estético, siempre presente, que se introyecta y encarna en el cuerpo

este tiempo productivo y utilitario convierte paulatinamente al individuo, su metabolismo y su esparcimiento en un sujeto-cuerpo atado y dominado por los tiempos impuestos, primero por las máquinas en la producción, y después como imposición servil y voluntaria en la consolidación del sistema capitalista, transformando al sujeto-cuerpo en un individuo inmerso en una sociedad cronodependiente

En este contexto estudiamos el cuerpo en el capitalismo como receptáculo, síntesis, productor y reproductor del sistema social en el que nace, crece, se reproduce y muere. Pues, como expondremos, no existe conglomerado social, práctica cultural, desarrollo tecnológico, concepción espiritual, ideología o cambio cultural que no atraviese por el cuerpo

En este contexto, el biocapitalismo revela al organismo-cuerpo como fundamento disciplinario y máquina de producción de valor y regulación: su disciplina, la optimización de sus aptitudes, la extorsión de sus fuerzas, el crecimiento paralelo de su utilidad, su integración en sistemas económicos y políticos, a través de controles eficaces y valor material. Es decir, bajo una dimensión anatomopolítica y de producción que Foucault propone para un análisis del individuo-cuerpo en el capitalismo