condición muy deplorable. Pues para nosotros es absolutamente inútil el conocimiento de que una obra de arte tiene un alto valor: lo relevante es la intensidad y el significado de su efecto en nosotros. No hay duda de que luego de haber experimentado un placer estético intenso con una obra pueda resultar satisfactorio para nuestra autoestima saber que el valor estético absoluto de esa obra era de 75 sobre cien puntos posibles. Es posible que nos gocemos más nosotros mismos, pero eso no incrementará un ápice nuestro gozo de la obra en sí.