Fátima Vélez

ustedes los terrícolas

le digo que eso qué importa, no está del todo mal sentirse máquina, y ella dice, sí, pero sentirse máquina es sentirse sola

Pues hijos de nadie, hijos de todos

leche, escapo bajando y poniendo mi cabeza sobre esa panza hinchada en la que puedo ser todo lo niño y lo animal que he querido ser

Donatien, y en Bogotá, Juan B, presentado por Paz María, su amigo el heredero

No, qué va, la excusa de ser millonario lo salva, los herederos parecen tener derecho a no hacer nada

uno escoge ser algo, hacer algo, está condenado a trabajar; no soy muy trabajador, nunca lo he sido, pero al menos puedo fingir que trabajo, soy muy eficiente en eso

Juan millonario que puede darse el lujo de invitarme a donde yo quiera, usted ponga el dedo con o sin uña en cualquier lugar y allá podía llevarme él

Galápagos? Sí, allá también

Luis, qué desespero, tan puntual, qué estrés las personas puntuales, que caminan rápido, comen rápido